Cistocele y rectocele son dos tipos diferentes de prolapso. Te contamos cómo saber si es cistocele o rectocele por sus signos y síntomas.

Prolapso vaginal anterior o cistocele

El cistocele, conocido también como prolapso de la vejiga o prolapso vaginal anterior, se produce cuando la vejiga cae de su posición habitual en la pelvis y empuja la pared anterior de la vagina.

El prolapso de cualquier órgano pélvico se clasifica en cuatro grados en función de su gravedad, o dicho de otra forma, de cuánto haya descendido de su posición el órgano en cuestión.

  • Cuando es grado I, el órgano desciende hasta la mitad del conducto vaginal.
  • Si evoluciona a grado II, el órgano desciende hasta el introito vaginal.
  • En el grado III, sobrepasa el introito vaginal.
  • Y en el grado IV el órgano o víscera pélvica está totalmente en el exterior.

Los grados leves suelen responder bien a la fisioterapia, mejorando sus síntomas y no suelen precisar cirugía. En grados III y IV normalmente hay que recurrir a la intervención quirúrgica del órgano descendido para fijarlo en su posición normal.

Los órganos pélvicos

El prolapso genital sucede cuando alguno de los órganos pélvicos de la imagen (vejiga, útero o recto) desciende a través de la vagina.

En casos leves de prolapso de la vejiga, puede que ni siquiera notes síntomas. En caso de manifestarse, algunos de los signos y síntomas pueden ser:

  • Sensación de pesadez o presión en la pelvis y la vagina.
  • Presencia de bulto de tejido en la vagina, a veces incluso visible, que las mujeres describen como sensación de tener una pelota de golf o un tampón mal colocado.
  • Aumento de la presión en la pelvis y el periné cuando realizas esfuerzos como toser, saltar, agacharte o ponerte de pie.
  • Alteraciones para orinar como: dificultad para iniciar la micción, sensación de no haber vaciado completamente la vejiga tras orinar, tener ganas frecuentes de orinar o experimentar pérdidas de orina (incontinencia urinaria).

Estos signos y síntomas suelen notarse especialmente cuando se pasa mucho tiempo de pie o caminando y suelen mejorar o incluso desaparecer cuando la mujer se sienta o se tumba.

Prolapso posterior de la vagina o rectocele

Como sucedía en los casos leves de descenso de vejiga, si el rectocele también es leve puede que la mujer tampoco tenga síntomas, pero cuando estos aparecen la mujer suele sentir:

  • Una presencia de bulto de tejido blando en la vagina que podría llegar a traspasar la entrada vaginal.
  • Dificultad para defecar, lo que lleva a la mujer a realizar esfuerzos y pujos que, a su vez, empeoran el estado de la musculatura perineal.
  • Sensación de presión u ocupación en el recto.
  • Sensación de no haber vaciado el recto completamente tras la defecación.

Si te sientes identificada con los síntomas del rectocele, el primer paso es acudir a tu médico y a una valoración con una fisioterapeuta especializada en suelo pélvico que valore el estado de tu musculatura perineal y te recomiende ejercicios y hábitos adecuados para mejorar tu situación.

Una correcta alimentación e hidratación, así como la incorporación de buenas prácticas en el WC, modificando la postura que adoptas y la respiración que empleas, pueden ser de gran ayuda para mejorar el tránsito intestinal y facilitar el momento de la evacuación.

Diferencias entre cistocele y rectocele

Ahora que ya conoces un poco más sobre cada tipo de prolapso, podrás comprender mejor las diferencias entre cistocele y rectocele:

  • El cistocele es un prolapso de la pared anterior de la vagina, mientras el rectocele es un prolapso de la pared posterior de la misma.
  • En un cistocele el órgano descendido es la vejiga; en el rectocele, el órgano que desciende es el recto.
  • Aunque ambos pueden compartir algunos síntomas como la sensación de pesadez, de bulto en la vagina y las molestias en las relaciones sexuales, cistocele y rectocele tienen también síntomas diferenciales: los síntomas del cistocele afectan al área miccional, mientras que los del rectocele se manifiestan en la función defecatoria.
  • Durante una exploración visual en posición ginecológica (tumbada boca arriba), si el órgano descendido alcanza la entrada de la vagina, el cistocele se observará como una protuberancia de la pared anterior de la vagina, es decir, en la parte superior del canal vaginal, mientras que el rectocele se verá como un bulto de la pared posterior vaginal, en la zona inferior del canal vaginal, próximo al perineo.
  • Las mujeres con cistocele a veces recurren a maniobras para lograr un mejor vaciado de la vejiga, como por ejemplo: empujar el chorro de la orina (práctica desaconsejada puesto que debilita aún más el suelo pélvico) o adoptar posturas en las que, a través de la fuerza de la gravedad, la vejiga se sitúa en una posición que facilita la salida de la orina.
  • Las mujeres con rectocele a menudo utilizan maniobras digitales para ayudarse a defecar: presionan con los dedos su periné o los introducen en la vagina para empujar la pared posterior de esta y reconducir el contenido rectal hacia el ano.

Tratamientos para el cistocele y el rectocele

Como has podido leer anteriormente, dependiendo del grado de descenso de la vejiga o el recto, podrás beneficiarte de la fisioterapia de suelo pélvico para tratar los síntomas y evitar que el descenso se agrave, aunque en otras ocasiones será necesario recurrir a la cirugía.

La fisioterapia, combinada o no con el uso de un pesario, puede ser suficiente para que la mujer lleve a cabo sin interferencias las actividades de la vida cotidiana.

Existen diferentes tipos de pesarios para recolocar un órgano descendido. Dependiendo del grado de descenso y del órgano afectado, así como de las medidas del canal vaginal de la mujer. Puedes aprender más leyendo este post sobre pesarios para el cistocele y el rectocele.

Además de realizar los ejercicios para el prolapso adecuados según cada caso, será esencial identificar y modificar los hábitos perjudiciales del día a día que podrían empeorar tu prolapso de órganos pélvicos. Todo ello podrás hacerlo acompañada por nosotras en la Escuela de suelo pélvico, a través de los cursos online específicos del tronco de propiocepción y del Método AbP.

Esperamos que este post te haya ayudado y que lo compartas sin crees que puede ser útil para alguna otra mujer de tu entorno. Y, como siempre, si te ha quedado alguna duda, ¡déjanos tu mensaje en comentarios! Te responderemos lo antes posible ❤️.

¡Comparte!

Escrito por: Laura Rojas (Fisioterapeuta En Suelo Firme)

Fisioterapeuta especializada en suelo pélvico y licenciada en Periodismo por la UCM, combina su labor asistencial como fisioterapeuta pelviperineal con su labor divulgativa a través de En Suelo Firme. Su formación y experiencia en el ámbito de la comunicación se unen a una fuerte vocación de servicio y a un inagotable interés por la salud integral de la mujer, desarrollada en el ámbito de la fisioterapia obstétrica y uroginecológica, valorando y tratando los trastornos funcionales del periné, que pueden afectar a nivel urológico, coloproctológico, ginecológico y sexológico, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de la mujer y el hombre en las distintas fases de su ciclo vital.

Deja un comentario

PROTECCIÓN DE DATOS: De conformidad con las normativas de protección de datos, le facilitamos la siguiente información del tratamiento: (+)

  • Responsable: Klunz Marketing y Comercio Electrónico SL.
  • Fines del tratamiento: Gestión de suscripciones al blog y moderación de comentarios.
  • Derechos que le asisten: Acceso, rectificación, portabilidad, supresión, limitación y oposición. Más información del tratamiento en la Política de Privacidad.

Los comentarios y el nombre que escribas se publicarán y se verán públicamente. Si prefieres que tu nombre no se vea públicamente, no escribas tus apellidos, pon un seudónimo o escribe simplemente "Anónimo".