Si existe un acontecimiento estrella en la vida de la mujer, que está acompañado de numerosas transformaciones, tanto a nivel físico como emocional, este es sin duda el embarazo. Algunas de las modificaciones que la futura mamá experimenta en su cuerpo son más visibles que otras. Y, una vez más, el suelo pélvico en el embarazo es el gran olvidado en una etapa en la que, precisamente, debería ser el invitado de honor. ¿Quieres saber por qué?

El suelo pélvico durante el embarazo

Los músculos de tu suelo pélvico en el embarazo se ven sometidos a una presión superior a la habitual, y no de manera puntual (como sucede cuando realizas algún esfuerzo), sino constante. Debido al aumento de volumen y a las hormonas que se segregan durante el embarazo (relaxina y progesterona) los ligamentos de la región perineal y abdominal se relajan en exceso.

En consecuencia el abdomen se distiende, disminuyendo el tono de la musculatura de esta zona, y es por esto que el periné corre el riesgo de debilitarse, algo a lo que también contribuye otro factor que afecta a las presiones del suelo pélvico y es bastante frecuente entre las mujeres embarazadas: el estreñimiento.

Todo ello acaba traduciéndose en que, con frecuencia y, sobre todo, durante el último trimestre puedan aparecer los pequeños escapes de orina, al toser, estornudar, reír a carcajadas… Es lo que llamamos incontinencia urinaria de esfuerzo y, en algunos casos, puede prolongarse tras el nacimiento del bebé. Pero tranquila, se pueden tomar medidas para evitarlo.

Más de un tercio de las mamás que dan a luz por primera vez se ven afectadas por este tipo de incontinencia tras el parto. Aunque las pérdidas sean pequeñas, aunque se trate de unas simples gotas de orina que se escapan involuntariamente, no debemos pasarlo por alto. Si te encuentras en esta situación, es importante que consultes a tu médico, matrona o fisioterapeuta experto en suelo pélvico en el embarazo.

El riesgo de un suelo pélvico debilitado

embarazo y suelo pélvicoA veces consideramos que lo que nos ocurre no es importante, que en realidad no nos supone tanto problema. Pero vayamos más allá. Si van pasando los años y no haces nada para solucionar esa debilidad en tu suelo pélvico, puedes estar arriesgándote a sufrir, más adelante, lo que llamamos prolapso, es decir, un descenso de órganos, normalmente en torno a la menopausia.

El prolapso consiste en un desplazamiento de los órganos pélvicos hacia abajo, empujando las paredes de la vagina o el recto e incluso haciendo que parte de éstos salgan al exterior. Algunos expertos se refieren a esta afectación como “la epidemia silenciosa” entre las mujeres de nuestro tiempo. Y no es para menos: 4 de cada 10 mujeres por encima de los 50 años tienen síntomas de prolapso.

Como ves, existen verdaderos motivos para poner a trabajar tu suelo pélvico en el embarazo a fin de evitar complicaciones en el futuro. Los ejercicios de suelo pélvico en el embarazo (también conocidos como ejercicios de Kegel) realizados de una manera correcta, pueden ayudarte a luchar contra las pérdidas de orina antes y después del parto.

Ejercicios para el suelo pélvico en el embarazo

Mediante la práctica regular de los ejercicios de Kegel mejorarás tu musculatura y tu periné podrá:

  • soportar mejor el aumento de peso que conlleva el embarazo
  • reducir el tiempo de la fase expulsiva del bebé
  • disminuir las posibilidades de sufrir desgarros o recibir una episiotomía en el parto
  • y favorecer la regeneración de la zona perineal tras el nacimiento del bebe, gracias a una mejora en la vascularización.

En definitiva, durante el embarazo tu periné necesita que te ocupes de él. ¿Cómo? Aprendiendo a sentirlo, a cuidarlo y a tonificarlo. A través de los artículos de este blog, me comprometo a ayudarte en esta tarea.

Es muy importante tomar conciencia de la musculatura perineal durante el embarazo, y saber cuál es su estado para prepararla adecuadamente de cara al parto. Y es que una vez debilitado, el suelo pélvico no tiene la facultad de recuperarse por sí mismo. Por ello, es conveniente que seis semanas después de dar a luz, acudas a un profesional para valorar el estado de tu musculatura perineal.

En países como Francia es habitual que el ginecólogo prescriba unas sesiones de reeducación perineal tras dar a luz, subvencionadas por el sistema sanitario, de la mano de fisioterapeutas o matronas. En nuestro país todavía nos queda mucho trabajo por hacer en este sentido, y el punto de partida es que todas las mujeres seamos conscientes de que debemos ocuparnos de nuestro suelo pélvico antes, durante y después del parto.

En este sentido, quiero insistir subrayando una palabra clave en el ámbito de la Fisioterapia: la prevención. Para limitar los efectos no deseados sobre tu periné en el futuro, es importante que empieces a cuidarlo desde este mismo momento, recordando que durante el embarazo debes evitar llevar cargas pesadas, eliminar las actividades que solicitan los músculos rectos del abdomen (los abdominales tradicionales), realizar ejercicios de suelo pélvico y cuidar tu higiene postural de manera global.

Ejercicios de suelo pélvico para embarazadas

  • Toma conciencia de tu periné: localiza y siente los músculos que lo forman.
  • Aprende a contraer y relajar estos músculos.
  • Acude a un especialista para que valore el estado de tu suelo pélvico no más tarde del sexto mes de embarazo.
  • Cuida siempre tu postura: cuando estés sentada, cuando camines, cuando estés de pie, cuando vayas al baño, cuando cojas peso (¡nunca excesivo, recuerda!), etc.
  • ¡Muévete! Salvo que tu médico te haya recomendado reposo, te conviene estar activa durante el embarazo y realizar ejercicios respetuosos con tu suelo pélvico.
  • Evita los deportes de alto impacto sobre tu periné (especialmente si ya está debilitado), así como los abdominales tradicionales.
  • Lleva una alimentación sana y equilibrada, rica en fibra, e hidrátate bien para prevenir el estreñimiento (que conduce a un aumento de presión sobre tu periné al defecar).
  • Aprende a realizar el masaje perineal y prepara tu periné para el parto.

 

Si quieres saber cómo puede ayudarte la Fisioterapia pelviperineal durante el embarazo, no te pierdas este vídeo en el que te explico cómo afecta la gestación al suelo pélvico y qué beneficios puedes obtener con un tratamiento fisioterápico:

Vamos, ¿a qué esperas? ¡Suscríbete a la newsletter de En Suelo Firme! y sigue de cerca los consejos y novedades que te contamos en el blog.

¡Empieza hoy mismo, cuida tu suelo pélvico!

  • Añadir al carrito Detalles

¡Comparte!

Escrito por: Laura Rojas (Fisioterapeuta En Suelo Firme)

Fisioterapeuta especializada en suelo pélvico y licenciada en Periodismo por la UCM, combina su labor asistencial como fisioterapeuta pelviperineal con su labor divulgativa a través de En Suelo Firme. Su formación y experiencia en el ámbito de la comunicación se unen a una fuerte vocación de servicio y a un inagotable interés por la salud integral de la mujer, desarrollada en el ámbito de la fisioterapia obstétrica y uroginecológica, valorando y tratando los trastornos funcionales del periné, que pueden afectar a nivel urológico, coloproctológico, ginecológico y sexológico, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de la mujer y el hombre en las distintas fases de su ciclo vital.

Un comentario

  1. Patricia jueves, 8 agosto 2019 at 23:13 - Responder

    Hola, yo tengo suelo pelvico Hipertonico por mi primer parto que acabo en una cesarea, Ahora estoy embarazada del segundo, y siempre me han dicho que el segundo embarazo me ayudaria a recuperar y bajar el tono muscular del suelo pelvico. ¿ que opinas?

Deja un comentario

PROTECCIÓN DE DATOS: De conformidad con las normativas de protección de datos, le facilitamos la siguiente información del tratamiento: (+)

  • Responsable: Klunz Marketing y Comercio Electrónico SL.
  • Fines del tratamiento: Gestión de suscripciones al blog y moderación de comentarios.
  • Derechos que le asisten: Acceso, rectificación, portabilidad, supresión, limitación y oposición. Más información del tratamiento en la Política de Privacidad.

Los comentarios y el nombre que escribas se publicarán y se verán públicamente. Si prefieres que tu nombre no se vea públicamente, no escribas tus apellidos, pon un seudónimo o escribe simplemente "Anónimo".