Acudir a un fisioterapeuta de suelo pélvico supone una inversión económica considerable (aunque no más que ir al dentista y bastante menos que reparar el coche en el taller o llamar a un cerrajero de urgencia). Pero hoy no vengo a hablarte de precios ni tarifas, sino de lo que nos cuesta ir al fisio, enfrentarnos a nuestros problemas más íntimos, darle al suelo pélvico la importancia que se merece o, por lo menos, equipararlo a otras inversiones cada día más habituales como la depilación láser o la ortodoncia invisible.
Valor del fisioterapeuta de suelo pélvico
“Lo esencial es invisible a los ojos”, se repetía el Principito. Pero por desgracia en nuestra lista de prioridades aquello que no se ve (y ojo, que no se cuenta y que, además, no se toca), puede esconderse mucho mejor y, por lo tanto, corre el riesgo de descender sin pena ni gloria hasta los últimos puestos de nuestra atención.
Y es que asisto con preocupación al compás que marca el ritmo del cuidado de la salud femenina
Se acercan fechas de consumismo feroz. Comienza el bombardeo indiscriminado de perfumes, de maravillosos complementos de moda, de labiales permanentes y jugosos. Mujeres “perfectas”, sin raíces que teñir, sin cuerpos que esculpir, sin un pelo de más en las ingles que quitarse ni de menos en las cejas que pintarse.
Mujeres atractivas, deseables. Mujeres seguras de sí mismas que se sienten sexis. Muy sexis.
Mujeres que, a juzgar por lo que se nos quiere hacer ver, parece que no tengan ningún problema en general, ni en su salud íntima en particular. Mujeres que no aparentan preocupación por un descenso de vejiga, pérdidas de orina o insatisfacción en sus relaciones sexuales.
Y caemos. Muchas veces caemos. Y nos compramos ese perfume caro. Y ese labial que a Natalie Portman le queda divino pero que en nuestros labios… en fin. Lo compramos. Y puede que hasta nos sintamos más sexis. Y puede que hasta sintamos la vejiga menos caída. Aunque eso no sea por el labial, sino porque el subidón nos hace caminar más erguidas, y eso a nuestro suelo pélvico le viene de perlas.
En el mejor de los casos conseguiremos estar perfectas según la tiranía de los cánones de belleza. “Perfectas” por fuera. Pero llegada la hora de la verdad y desenfundadas del vestidazo, de los tacones de ocho centímetros y borrado el maquillaje que aprendimos a hacernos tras invertir horas poniendo en práctica lo que vimos en aquel tutorial…
¿Qué pasa con los problemas que más nos cuesta afrontar?
Porque esa es la realidad. Nos cuesta. Nos cuesta hablar de lo que de verdad importa. Cuesta reconocer, en primer lugar, que se tiene un problema, más aún si nos afecta en lo más íntimo: en nuestros genitales, en nuestras funciones básicas (orinar, defecar), en nuestra sexualidad, en nuestra autoestima. Y, como observo a diario, cuesta ir al fisioterapeuta de suelo pélvico para ponerse manos a la obra y resolverlo.
Y lo que de verdad importa no son las raíces sin teñir, ni las zonas que no te ha dado tiempo a depilar.
Ni siquiera los michelines que llevan ahí desde la pasada Navidad, o desde hace seis más.
Lo verdaderamente importante es que has dejado de correr detrás de tu hija en el parque, porque en cuanto das tres zancadas te mojas el salvaslip. Ese salvaslip que antes no te hacía falta pero que ahora no te falta en la lista de la compra.
Lo que de verdad importa son los orgasmos en los que ya no te reconoces. O que directamente no conoces.
Son los pantalones claros que ya no te pones por si se escapa un gas y con él… bueno, ya sabes, algo más.
Son las sensaciones molestas en tu vagina: los picores, o la pesadez, o la tensión y el dolor que te impiden llevar a cabo la penetración.
Son las veces que nos callamos. Que sonreímos con nuestro nuevo pintalabios y por dentro nos desbordamos. Son las veces que ponemos parches. O compresas. Aunque estas sean 100% algodón.
Las ponemos y tiramos p’alante. Porque total, si lo hacía la Velasco y, después, esta otra actriz más joven, ahora no recuerdo el nombre, que interpretaba a una monitora de aerobic con pérdidas de orina que se ponía el salvaslip y nada le frenaba… será que es lo “normal”. ¿O no? Pues no, hacerse pis no es lo normal.
Nos cuesta cuidarnos, especialmente cuidarnos por dentro. Nos cuesta mucho. Económicamente hablando y también en lo que a inversión de tiempo y esfuerzo se refiere.
Cuánto cuesta ir al fisioterapeuta de suelo pélvico
Precio de fisioterapeuta de suelo pélvico
“Uf, es que ir a un fisio es muy caro.” Pero hacernos el esmaltado semipermanente de uñas en manos y pies… no nos lo parece tanto.
“Uf, es que ese aparato para el suelo pélvico es muy caro.” Pero estas Navidades me pediré un nuevo smartphone.
“Uf, es que ese curso de cuidado íntimo y entrenamiento del suelo pélvico es muy caro.” Pero me voy a dar el capricho de comprar ese traje de chaqueta de cuadros que vi el otro día en una marquesina y me ha encantado.
Y sí, estoy de acuerdo en que sería estupendo para todas que la Seguridad Social cubriera totalmente la prevención y rehabilitación de problemas de suelo pélvico. Para todas, pero especialmente para aquellas que quieren y, de verdad, no pueden.
Pero incluso aunque lo subvencionaran los sistemas públicos de salud, y elimináramos de la ecuación el factor económico, nos quedan otros dos factores de mucho peso: el tiempo y las ganas.
El cuidado del suelo pélvico
Lo que de verdad importa: las ganas de hacerlo posible
He visto pacientes con serios problemas económicos que han hecho lo posible y lo imposible por pagar sus sesiones de Fisioterapia. Se lo curraban como las que más y, a pesar de que sus casos no eran precisamente sencillos de resolver, lograban mejorar.
Las admiro profundamente. Y, si leen estas líneas, sabrán que estoy hablando de ellas.
Cuando una paciente hace los ejercicios que le recomienda su fisioterapeuta, cuando sigue los consejos saludables y modifica hábitos perjudiciales en el día a día, cuando hace el triple esfuerzo (de tiempo, motivación y dinero) por venir a consulta periódicamente… salvo contadas excepciones, vemos los resultados. Y ese momento es maravilloso. Y me vuelvo a enamorar de mi profesión.
Invertir en fisioterapeuta de suelo pélvico
Porque son muchas las mujeres que de verdad están interesadas en cuidarse e invertir en su salud perineal. Porque son muchas las que hacen malabares para dormir al niño y sacar un rato después, aunque ya estén agotadas, para hacer los ejercicios. Porque las hay que reorganizan sus prioridades y deciden gastarse el dinero en lo que de verdad importa.
Pero me da mucha pena cuando me encuentro con mujeres a las que les faltan las ganas para ponerse a hacerlo, la conciencia de su necesidad y la importancia que en sus vidas tiene o llegará a tener esa ausencia de salud perineal.
“¿Pero voy a tener que hacer todo eso en casa?”, “Uf, a mí no me da la vida para más”, ¿Veinte minutos al día? Ni hablar”.
Y se van por la puerta. Y no hacen los ejercicios ni siguen las recomendaciones. Y, evidentemente, no vuelven. Pero sus incontinencias, sus prolapsos, sus urgencias y sus insatisfacciones permanecen.
Es muy complicado sacar tiempo para una misma. Lo sé y lo vivo a diario en mí misma y en el 99% de las mujeres que me rodean. Más aún cuando incluimos en el Tetris del trajín diario uno o varios hijos y un trabajo a jornada completa.
Beneficios del fisioterapeuta de suelo pélvico
Y es que nadie dijo que fuera fácil. Pero sí que merecería la pena.
Yo tengo la suerte de poder verlo en aquellas pacientes que lo dan todo y llegan a la meta. Pero me gustaría que todas las mujeres que dudan si abordar o no sus problemas, si salir o no de su zona de confort, si dedicarle o no esos 20 minutos al día, si quitarse o no el salvaslip y la compresa… también lo vieran.
Por eso os animo a todas a compartir en los comentarios vuestros testimonios de cómo, con constancia y ganas, habéis superado vuestras disfunciones y problemas o habéis visto cómo vuestras pacientes lo hacían.
¡Démosle un “empujoncito” a todas esas mujeres que lo necesitan!
Ahora es el mejor momento para empezar a cuidarte, si quieres por fuera, fantástico. Pero no te olvides de lo que de verdad importa. Reír sin miedo, disfrutar tu sexualidad, sentirte segura. Y plena.
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Fisioterapeuta especializada en suelo pélvico y licenciada en Periodismo por la UCM, combina su labor asistencial como fisioterapeuta pelviperineal con su labor divulgativa a través de En Suelo Firme. Su formación y experiencia en el ámbito de la comunicación se unen a una fuerte vocación de servicio y a un inagotable interés por la salud integral de la mujer, desarrollada en el ámbito de la fisioterapia obstétrica y uroginecológica, valorando y tratando los trastornos funcionales del periné, que pueden afectar a nivel urológico, coloproctológico, ginecológico y sexológico, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de la mujer y el hombre en las distintas fases de su ciclo vital.
Hola. Tengo 18 años y hace mucho tiempo sufro por mi apariencia física, nunca le di importancia solo lo vi más allá de algo estético. Voy al baño cada media hora, todos los días y de noche es más insoportable. Hace poco le empecé a prestar atención al asunto, lo que más molestaba más de lo estético, era levantarme e ir tantas veces al baño, no ponerme un Jean que me gusta porque siento que se me ve feo, no siento ni ganas de salir de casa y es frustrante. Mi economía no es la mejor y me dan mucho y vergüenza explicarle la situación a mis padres, tengo miedo que se lo tomen en broma y es algo que me abruma mucho, todas las noches me acuesto pensando en ello. Soy de Uruguay , algún consejo?
Yo he ido a un centro especializado en suelo pélvico con tratamiento con laser, electroestimulacion y ejercicios de rehabilitacion de la musculatura. No me han servido para nada y cuesta mil y pico euros. Al final te dicen cuando ya has pagado que lo mas efectivo es ser constante en la realización de ejercicios por tu cuenta.
Hola! Si hay algo en lo que insistimos constantemente en este blog es en que no existe una solución única (ni sólo ejercicios de Kegel, ni sólo láser, ni sólo cirugía, ni sólo bolas chinas,…), ni definitiva. La PREVENCIÓN de situaciones, hábitos o prácticas de riesgo, la PROTECCIÓN ante esas situaciones de riesgo y el cuidado y ENTRENAMIENTO lo tienes que seguir haciendo, igual que en el caso de cualquier otro músculo de nuestro cuerpo, EL RESTO DE TU VIDA. Acudir a un especialista es el primer paso para obtener un diagnóstico acertado y la prescripción de un tratamiento adaptado a nuestro caso. Pero, desconfía de quien te proponga un tratamiento único y definitivo. Ni en 5, ni en 10, ni en 20 sesiones. El tratamiento del suelo pélvico es global, requiere una adaptación a cada caso y hay que seguir con las recomendaciones y buenas prácticas el resto de nuestras vidas. Te lo digo por propia experiencia. Un saludo!
Yo en mis clases de pilates le doy muchísima importancia a fortalecer el suelo pelvico, sobre todo en mis alumnos de mediana edad. Pienso que la prevención es la mejor opción. Eso sí, en cuanto hay un problema tipo prolapso por el medio, derechistas al fisio especialista.
Hola Laura,gracias por tus vídeos y por tus consejos, me vienen muy bien.A mi,mi ginecóloga me ha aconsejado que vaya a un fisioterapeuta ya que tengo un grado dos de prolapso de vejiga pero como siempre pasa no me atrevo a ir por si no lo puedo pagar.Me podrías informar mas o menos lo que puede costar?Muchas gracias de antemano y un saludo.
Hola Anónimo:
Los precios pueden variar considerablemente entre unos profesionales y otros, dependiendo también de las ciudades, de si trabajan con seguros privados o no, etc. Lo mejor es que, al contactar con el/la/los fisioterapeutas que por localización te queden mejor en tu zona (en nuestro directorio puedes buscar al más próximo a ti) les preguntes el precio antes de concertar una cita. Así, podrás saber si se ajusta a tu presupuesto. Un abrazo y gracias por tu comentario.
Algún fisioterapeuta especializado en suelo pélvico en Valencia?
Gracias
Hola! Gracias por tu comentario :) En nuestro directorio de especialistas puedes filtrar por país y provincia hasta encontrar al profesional más cercano a tu lugar de residencia.
¡Que vaya muy bien! Un abrazo.
Yo no tengo síntomas, pero con mi edad avanzada, pienso q es mejor prevenir q curar. Conozco bastantes casos de mujeres q tienen escapes de orina. Yo me he puesto las pilas y he empezado por los ejercicios. Con los consejos tan claritos por parte de la fisioterapeuta Laura Rojas creo q lo tenemos fácil. Os animo a q os lo toméis en serio y os pongáis en marcha.
Muchas gracias por tu comentario, Anónimo. Efectivamente es mejor prevenir que curar, así que enhorabuena por tener esa actitud :) Espero que nuestros consejos y artículos sigan siendo de tu interés y te ayuden a mejorar tu calidad de vida. Un abrazo!