En el post de hoy quiero compartir contigo mi caso personal y varios consejos que, como madre, puedo practicar para fomentar la salud del suelo pélvico de mis hijos.

Aunque las disfunciones del suelo pélvico se dan tanto en hombres, como en mujeres y en niños, es decir, a cualquier edad y en ambos sexos, un alto porcentaje y quienes mayor conciencia desarrollan sobre el tema suelen ser las mujeres que han dado a luz, mujeres con hijos.

Como madres, indudablemente nuestra prioridad por encima de todo es que nuestros hijos tengan mejores condiciones de vida que las que hemos tenido nosotras, que no sufran los mismos errores, grandes o pequeños, que cometimos nosotras y transmitirles lo mejor que tenemos, nuestros conocimientos y valores, para que lleguen a ser personas íntegras y felices.

Si eres lectora habitual de nuestro blog, imagino que es porque estás intentando informarte sobre hábitos saludables para tu suelo pélvico o posibles soluciones para una disfunción, bien porque ya la padeces o bien porque crees que estás en un grupo de riesgo.

Y como madre, igual que te preocupas de la salud en general de tus hijos, de su educación, de su alimentación,… ¿te has planteado alguna vez cómo puedes ayudar a tus hijos a tomar conciencia de la salud de su suelo pélvico?

Y si tu hijo/a, como es mi caso, está en un grupo de alto riesgo, ¿sabrías qué puedes hacer por él/ella?

Te cuento mi caso.

Imagínate la situación:

Viernes por la noche, mi hija de nueve años y yo tumbadas leyendo, de repente, me pregunta: “Mamá, ¿para qué sirve saltar a la comba?”.

A mí, que tengo más que presente el tema del suelo pélvico y dedico muchas horas a escribir y leer sobre el tema, ¿qué es lo primero que se me viene a la mente?: “Para destrozarte el suelo pélvico”, pienso.

En milésimas de segundo, razono, me pongo en el lugar de una niña de nueve años y le respondo:

“Para pasártelo bien, para jugar, hacer ejercicio,…”, aunque en mi cabeza dudo seriamente que su pregunta sea tan simple y no vaya más allá.

En efecto, tan simple no es.

Ella me responde: “¡¡Mamá!! Quiero decir que en el entrenamiento físico, ¿para qué sirve saltar a la comba?”

Entonces le digo: “Pues me imagino que para fortalecer tus cuádriceps, tus gemelos, mejorar el equilibrio, la coordinación…”.

Ahora sí se queda satisfecha con la respuesta, pero mi cabeza no.

Mi mente empieza a divagar y asociar ideas: entrenamiento intensivo, saltos, deporte alto impacto, debilidad suelo pélvico, ¡incontinencia! ¡¡prolapso!!

¡¡Mi hija!!

Debéis saber que ella juega habitualmente al tenis, es más, adora jugar al tenis y entrena casi todos los días un par de horas.

Por otra parte, aclarar que afortunadamente es una niña sana, de nueve años, que ya superó sin mayores problemas la etapa de abandonar el pañal, que no tiene escapes de orina cuando corre, ríe o estornuda y que hace algunos años ya que no sufre enuresis nocturna.

Es decir, en principio es una niña sin ningún problema de suelo pélvico pero que practica intensivamente un deporte de alto impacto, el tenis.Proteger suelo pelvico deporte de impacto

Cualquier deporte de impacto conlleva un alto riesgo de llegar a padecer incontinencia urinaria de esfuerzo en las mujeres que lo practican, como demuestran la multitud de estudios que existen al respecto.

Aquí incluso puedes encontrar un ranking de incidencia en mujeres de 19,9 años de media, nulíparas, es decir, que no han dado a luz, y que practican diferentes deportes de alto impacto.

Como está estudiado y comprobado, alrededor del 50% de las tenistas sufren incontinencia urinaria o, lo que es lo mismo, ¡la mitad de las tenistas!

Pero, casualidades del destino, mi hija afortunadamente entrena con una mujer, Luz Rodríguez, excelente profesional y persona, que desarrolló junto a otros profesionales de la Universidad de Salamanca un estudio sobre la incidencia de la incontinencia urinaria en mujeres deportistas que se presentó en el III Congreso Europeo de Medicina del Deporte y Ciencias del Tenis en abril de 2001 en Barcelona.

Por lo tanto, sé que su entrenadora conoce los riesgos para el suelo pélvico que la práctica del tenis implica y sé que en sus entrenamientos suele evitar los abdominales hiperpresivos intensivos, por ejemplo, sustituyéndolos por otros.

Pero hay otros ejercicios y movimientos que el tenis requiere y que nadie que lo practique puede evitar.

Es más, ¿voy a prohibir a una niña de nueve años que salte o corra o practique su deporte favorito?

¡Por supuesto que no!

Suelo pélvico en niños

Recomendaciones para la salud del suelo pélvico en niños

Entonces, ¿qué puedo hacer por ella?

¿Esperar y ver cómo con 18 años o menos se hace pis encima cuando estornude o juegue al tenis?

¿Enseñarle a realizar ejercicios de Kegel para que la musculatura de su suelo pélvico tenga la fuerza y tono necesarios para contrarrestar el impacto al que los está sometiendo?

1. Hablar tranquila y abiertamente del suelo pélvico y sus disfunciones

En mi opinión, no creo que sea el momento todavía para que una niña sana como ella empiece a hacer ejercicios de Kegel, aunque, por supuesto, dentro de unos años le hablaré abiertamente y sin ninguna connotación negativa del tema para que lo conozca, sepa de su altísima incidencia entre mujeres deportistas, tras el parto o tras la menopausia, de los riesgos que algunos hábitos alimenticios, posturales o deportivos implican y le animaré a que no tenga ningún reparo o vergüenza para hablar del tema o para consultar a un profesional en el momento que considere que lo necesita.

Como me gustaría acabar con el absurdo tabú que rodea las disfunciones del suelo pélvico y no quiero que mis hijos lo sufran, voy hacer todo lo que esté en mi mano por conseguirlo y estoy convencida de que hablar del tema es el primer paso para ayudar a cualquiera a superar sus problemas de suelo pélvico.

2. Vigilar cuánta agua beben y el número de veces que van al baño

Diversos estudios están demostrando que muchos de los problemas del suelo pélvico en los adultos comenzaron con unos hábitos incorrectos en la infancia.

Es importante conocer cuáles son esos hábitos para poder corregirlos en nuestros hijos.

Normalmente un niño debe beber unos cuatro vasos de agua al día pues es muy importante para su tránsito intestinal, entre otras cosas, y debería hacer pis otras tantas veces, es decir, cuatro o cinco veces al día.

Tanto si va al baño menos veces, como si va más veces y se hidrata correctamente, deberías consultarlo con su pediatra.

3. Cuidar la alimentación

Una alimentación sana y equilibrada durante la infancia ayuda en gran medida a tener una madurez libre de problemas intestinales o asociados al sobrepeso y la obesidad, entre otros muchos beneficios.

Además, el sobrepeso es el primer paso hacia el prolapso.

La ingesta adecuada de agua, alimentos ricos en fibra, como frutas y verduras crudas o cereales integrales, y probióticos presentes en yogures o en derivados lácteos que no hayan sido sometidos a uperización, garantizan la salud intestinal con una buena presencia de flora y una consistencia adecuada de las heces, lo cual favorece el tránsito diario y la eliminación de heces sin necesidad de apretar.

El estreñimiento tiene un impacto negativo en el suelo pélvico al que acaba debilitando por dos motivos principalmente:

  • Apretar cada vez que se permanece sentado en el WC hace que los músculos del suelo pélvico se fuercen y se estiren hasta que acaben debilitándose y sean incapaces de garantizar sus funciones de continencia, entre otras, de manera correcta.
  • El peso de un intestino cargado de heces que el suelo pélvico debe aguantar puede acabar debilitando esos músculos y derivar en una incontinencia urinaria.

4. Corregir la postura de los niños en el WC

Ya te hemos hablado en otro post de cómo la posición en cuclillas hace que el intestino de cualquier persona se libere facilitando así la evacuación de heces.

Cuando los niños comienzan a sentarse en el inodoro debemos corregir también su postura asegurándonos de que sus pies no cuelguen y estén apoyados en un taburete lo suficientemente alto para que les permita permanecer sentados con la espalda elongada.

Si al sentarse sus pies cuelgan, lo más probable es que se encorven hacia adelante con la columna en forma de C, compriman el abdomen y el intestino se doble por la falta de relajación del músculo puborrectal.

Por lo tanto, asegúrate de que tu hijo:

  1. Tiene los pies apoyados en un taburete alto.
  2. Mantiene la espalda recta, elongada.
  3. Relaja completamente sus esfínteres y su suelo pélvico.
  4. Nunca hace fuerza o aprieta ni al hacer pis ni al hacer caca.
  5. Nunca aguanta la respiración para poder defecar.

Squatty Potty replica la postura natural de cuclillas liberando el colon

5. Respetar la frecuencia miccional del niño

Es decir, no debemos forzar a que hagan pis cuando convenga a los padres.

Debemos respetar la frecuencia miccional de los niños y no forzar su vejiga urinaria para que se vacíe cuando aún no se ha llenado completamente, pero nos venga bien a nosotros.

Yo misma, antes salir de viaje en coche, he caído en el error de decir: «¡Chicos, un pis antes de salir!»

Si esto lo hacemos con relativa frecuencia, estaremos enseñando a su vejiga que es correcto vaciarla cuando hay poca cantidad de orina, por lo tanto, estaremos colaborando a desarrollar una vejiga hiperactiva o síndrome de micción frecuente.

6. Enseñarles a que no aguanten las ganas de ir al baño

¿No os ha pasado que vuestros hijos al llegar del colegio o de haber estado fuera de casa salen pitando al baño de casa?

Los míos siempre dicen que les dan asco los baños públicos porque huelen mal o no están suficientemente limpios.

Pues bien, retrasar la micción de forma habitual en el día a día puede tener consecuencias negativas tanto para el funcionamiento de la vejiga como para los músculos del suelo pélvico.

Uno de las disfunciones más frecuentes en niños es el vaciado incompleto de la vejiga, que además aumenta el riesgo de sufrir infecciones urinarias, y uno de los factores que originan esta disfunción es precisamente aguantar las ganas de ir al baño durante mucho tiempo y de manera habitual.

Si se someten los músculos del suelo pélvico a una tensión continuada para evitar un escape de orina, cuando por fin llegue la hora de orinar en el baño, esos músculos no se relajarán completamente dando lugar a un vaciado incompleto de la vejiga.

Además, el hecho de someter a la vejiga a un almacenamiento prolongado de orina, hace que se distienda su musculatura lo que puede acabar ocasionando una disminución de la contractilidad vesical, que podría traducirse a la larga en un vaciado ineficaz e incompleto de la vejiga.

Cada vez existen más estudios que asocian en un alto porcentaje problemas de vaciado incompleto de la vejiga en la niñez con problemas de incontinencia urinaria en mujeres adultas.

7. Vigilar su postura y que no sobrecarguen los abdominales rectos

Hay algunos deportes que fomentan que los niños trabajen intensivamente los abdominales rectos o una postura erguida metiendo tripa y contrayendo de manera continuada esos abdominales rectos.

Este trabajo intensivo de los rectos puede repercutir negativamente en los músculos del suelo pélvico.

Fortalecer en exceso los músculos rectos del abdomen puede derivar en la debilidad del resto de músculos del abdomen interno, el transverso o los oblícuos, y, como ya hemos visto en varios artículos, estos músculos, que forman parte del core, cuando trabajan de manera coordinada con el diafragma y el suelo pélvico son la garantía de su correcto funcionamiento.

Acostumbra a tus hijos a mantener una postura erguida cuando permanecen sentados, es fácil de conseguir sentándoles al borde de la silla. De esta manera estarán activando y trabajando los músculos abdominales profundos.

8. Enséñales la respiración diafragmática

La respiración diafragmática, como te contamos en este otro post, es la que realizan todos los animales, los bebés y los niños hasta los seis años, pero a partir de esa edad la perdemos y la cambiamos por una respiración subóptima perdiendo todos los beneficios que un diafragma relajado aporta a nuestra mente y a nuestro cuerpo en general y a nuestro suelo pélvico en particular.Tiovivo de emociones cuando damos a luz ejercicio respiratorio

Enseñar a nuestros hijos respiraciones diafragmáticas sencillas como tumbarse con un almohadón bajo la espalda, inhalando y exhalando profundamente, y otros como los que describíamos en este otro artículo les ayudará no sólo a liberar tensiones, que por muy niños que sean las tienen (exámenes, competiciones, obras de teatro,…), sino también tanto a relajar como a contraer indirectamente los músculos de su suelo pélvico, manteniendo todo su core activo y en forma.

Están demostrados los espectaculares resultados que la práctica de este tipo de respiración tiene sobre los problemas de vaciado de vejiga incompleto en niños con un exceso de tensión o tono en sus músculos del suelo pélvico.

Además, volvemos a insistir en la idea de que todo en nuestro cuerpo está relacionado entre sí, se están publicando estudios que revelan la relación entre la respiración subóptima disminuida en niños que roncan y que presentan enuresis nocturna donde demuestran los beneficios de la respiración diafragmática, disminuyendo la incidencia de esta disfunción en aquéllos niños que comienzan a practicarla.

Espero que estos consejos te resulten interesantes y útiles, pero te recuerdo que nunca debes tomar ninguna de nuestras recomendaciones en sustitución de la prescripción de un profesional médico o sanitario sobre una condición física particular.

Nuestra principal recomendación sobre todas las demás es que, ante cualquier sospecha de que algo no va bien, acudas a un profesional sanitario, pediatra, ginecólogo, fisioterapeuta, etc., que diagnostique el caso y prescriba un tratamiento personalizado.

En fisioterapia, por ejemplo, existen varios tratamientos no invasivos como la electroestimulación, el biofeedback, la neuromodulación del tibial posterior, la reeducación vesical comportamental, etc., con los que se obtienen unos resultados muy positivos en los casos de vejiga hiperactiva, vaciado incompleto de vejiga o enuresis nocturna que no deberías descartar si no consigues mejoría con otros métodos.

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Escrito por: María En Suelo Firme

Como tantas otras mujeres actuales, madre y trabajadora, que tras sufrir un primer parto en el año 2001 muy traumático y un segundo con prácticamente la misma violencia obstétrica que el primero, decide poner todos los medios a su alcance para superar sus secuelas físicas y psíquicas. Sorprendida por el tabú social y la gran cantidad de falsos mitos que existen en torno al suelo pélvico y sus disfunciones, descubrí la reeducación abdominopélvica, algo que en España por aquel entonces no se ofrecía en la sanidad pública y sobre lo que ni siquiera se informaba, pero que estaba totalmente normalizado y subvencionado en otros países del entorno europeo. Tras recuperarme y comprobar el desamparo en el que se encuentran otras muchas mujeres en mi misma situación, decidí fundar En Suelo Firme junto a Laura Rojas para romper tabúes y facilitar el acceso a información fiable sobre el suelo pélvico y soluciones para sus disfunciones.

4 Comentarios

  1. Marcela lunes, 20 julio 2020 at 15:50 - Responder

    Hola! Quería consultarte si tenes bibliografía o videos sobre cómo estimular el suelo pélvico en un niño de 4 años que fue operado en reconstrucción del recto hace dos años aprox., le cuesta mucho ir al baño y a su mamá se le dificulta encontrar un profesional que trabaje específicamente esta área en niños. Gracias

    • Laura Rojas lunes, 20 julio 2020 at 17:07 - Responder

      Hola! El compañero Antonio Meldaña, doctor en Fisioterapia, es la persona de referencia a quien derivo todos los casos de peques que me llegan. No dispongo de bibliografía ni vídeos, lo siento! Un abrazo.

  2. Romina Domenech domingo, 14 junio 2015 at 2:55 - Responder

    Gracias por esta nota! Realmente la mejor forma de prevencion primaria es la educacion en casa desde la infancia, transmitida de padres a hijos. Pero las recomendaciones que incluye este articulo tambien aplican para los adultos con o sin disfuncion pelviperineal.

    • Laura Rojas miércoles, 17 junio 2015 at 13:00 - Responder

      Gracias a ti, por tu comentario, Romina. Efectivamente, la promoción de la salud para prevenir futuras disfunciones es un aspecto fundamental a realizar de padres a hijos, desde que estos son pequeños. Muchas de las recomendaciones de este artículo se pueden aplicar perfectamente a los adultos, pero en casos de disfunción pelviperineal habría que adaptar algunos de los puntos. Cada paciente es diferente, tiene sus singularidades y necesita un enfoque individual, tanto en el tratamiento como en la prevención, aunque las recomendaciones generales puedan resultar eficaces para la mayoría de la población. Una brazo, Romina :)

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