“El embarazo disminuye la libido de la mujer”, “la penetración puede provocar un aborto”, “el cuerpo de la embarazada no genera interés sexual en su pareja”… Son muchos los mitos que giran en torno al sexo durante el embarazo y despiertan las dudas de los futuros papás.

¿Se puede tener relaciones en el embarazo?

Salvo que tu ginecólogo especifique lo contrario, practicar relaciones sexuales durante el embarazo no sólo es algo seguro, sino que, además, es favorable para la pareja.

Beneficios del sexo durante el embarazo

En muchos casos la actividad sexual disminuye durante el embarazo. A veces, incluso, llega a desaparecer y esta ausencia se prolonga hasta varios meses después del parto. Hagamos una cuenta rápida: 8-9 meses embarazo + unos 2-3 meses de posparto (falta de sueño, posibles problemas de suelo pélvico, estrés ante la nueva situación, etc.) hacen un total de… Demasiado tiempo, ¿verdad?

Para evitar las consecuencias negativas que esta situación puede provocar en la pareja, es vital que la comunicación entre ambos sea fluida: que las necesidades, los temores, los deseos y las inseguridades se compartan sin tapujos, para poder adaptarse así a los cambios y ser capaces de conciliar sexualidad y paternidad.

Además, el sexo durante el embarazo no sólo son favorables para la pareja, sino que el feto también recibe beneficios físicos de las mismas, debido a las sensaciones placenteras transmitidas por la mamá a través de la segregación de endorfinas. Por otra parte, la actividad sexual provoca un mayor aporte sanguíneo a los músculos de la pelvis de la mujer, lo que repercute en un aumento de la cantidad de oxígeno que se destina a la placenta y, con ello, en el bienestar fetal.

Antes de pasar a revisar los mitos que circulan en torno al periodo gestacional, hay que subrayar otro de los aspectos positivos de las relaciones sexuales, en este caso, sobre tu suelo pélvico: las contracciones que las paredes uterinas y vaginales experimentan durante el orgasmo son una excelente manera de estimular tu musculatura perineal, lo cual te ayudará a ser consciente tanto de su localización como de las sensaciones asociadas a la contracción, y así te será más fácil trabajar esta musculatura en tu día a día, cuando realices la rutina de ejercicios de suelo pélvico para la llegada del bebé.

Mitos sobre el sexo en el embarazo

Las relaciones sexuales pueden hacerle daño al bebé

Si tu embarazo no es de riesgo y tu médico no te ha desaconsejado expresamente las relaciones sexuales para evitar un aborto espontáneo o un parto prematuro, no temas: el sexo durante el embarazo no supone ninguna amenaza para tu embarazo ni va a causarle daños al bebé. Eso sí, es conveniente evitar los movimientos violentos y no oprimir en exceso el pecho de la mujer.

Los médicos pueden contraindicar las relaciones sexuales si en el pasado tuviste abortos espontáneos, o si en la actualidad presentas sangrados vaginales cuya causa se desconoce, tienes pérdidas de líquido amniótico o presentas incompetencia de cuello del útero (incapacidad del cérvix para mantenerse cerrado, con el consiguiente riesgo de abertura antes de llegar a término).

 El bebé se va a enterar de lo que nos traemos entre manos

Tal vez todos esos consejos que sigues (y haces bien), en los que te animan a hablar a tu bebé, a ponerle música que favorezca su desarrollo intelectual desde el útero, etc., te hayan llevado a un punto en el que crees que ese pequeño ser que habita en ti se entera absolutamente de todo lo que pasa ahí fuera o incluso… dentro de ti.

Tranquila, tu bebé no va a ruborizarse ni va a haceros la ola con motivo de vuestras sesiones erótico-festivas… Él se encuentra cómodamente protegido por el saco amniótico y los músculos que conforman las paredes uterinas. Y por si esto no fuera suficiente, recuerda que el cuerpo es sabio y, además de lo anterior, el cuello uterino está sellado con el tapón mucoso.

Tener relaciones sexuales puede hacer que perdamos al bebé

Ni las relaciones sexuales ni los orgasmos van a provocar un aborto. Aunque durante el orgasmo se produzcan contracciones de las paredes uterinas, estas son diferentes a las contracciones de parto. Los abortos naturales durante los primeros meses se relacionan generalmente con alteraciones cromosómicas y otras complicaciones asociadas al desarrollo del feto.

Si tu médico ha confirmado que el embarazo no es de riesgo, no existe ningún problema ni para ti ni para el bebé, en mantener sexo durante el embarazo sea cual sea la postura, al menos durante los primeros meses, ya que a medida que la tripa aumente su volumen, tendréis que adaptaros y optar por alguna de estas posturas, más recomendables durante esta etapa.

embarazo y sexo

Salvo que tu ginecólogo especifique lo contrario, el sexo en el embarazo es una práctica segura y, además, favorable para la pareja.

Estoy (está) embarazada, no tengo (tiene) ganas

A pesar de la creencia extendida de que el embarazo anula la libido femenina, muchas mujeres, por el contrario, experimentan un mayor deseo sexual durante esta etapa.

La explicación a estas variaciones en la libido radica en las hormonas, que dependiendo del momento del embarazo en el que te encuentres, pueden fluctuar y, con ello, modificar tu predisposición a las relaciones sexuales.

Aunque cada embarazo es diferente, como diferentes somos cada una de nosotras, es frecuente que los tres primeros meses estén asociados a una mayor desgana, debido al cansancio generalizado, a las molestas nauseas matutinas, los vómitos y esa mayor necesidad de horas de sueño que muchas mujeres experimentan.

Pero todo pasa… y con la llegada del segundo trimestre, las molestias anteriores desaparecen, y las mujeres recuperan su libido.

“El embarazo me protege frente a enfermedades de transmisión sexual”

Esto no es así. Las mujeres embarazadas pueden contraer las mismas enfermedades de transmisión sexual (ETS) que las mujeres que no están embarazadas. Es decir, el embarazo no ofrece ninguna protección adicional ni a la mujer ni al bebé. Y en caso de estar embarazada, el problema no sólo afecta a la salud de la futura madre, puesto que la ETS podría transmitirse al bebé antes, durante y después del parto.

Si has tenido prácticas de riesgo antes o durante el embarazo, o notas algún síntoma asociado a ETS, comenta con tu médico la posibilidad de realizar unas pruebas específicas para este tipo de enfermedades, ya que no todos los médicos las solicitan de forma rutinaria.

Si bien es cierto que los preservativos masculinos de látex, utilizados de forma habitual y correcta, pueden reducir el riesgo de contraer algunas ETS, la manera más segura para evitar el contagio es tener una relación estable y mutuamente monógama con una pareja que se haya hecho las pruebas y que se sepa que no está infectada, o bien abstenerte de tener relaciones sexuales, sean vaginales, anales u orales.

Suspender la actividad sexual durante el embarazo

Las relaciones sexuales durante el embarazo deberán suspenderse siempre que tu ginecólogo así lo indique, debido a la existencia de alguna patología, como por ejemplo: amenaza de aborto o parto prematuro, problemas con la placenta, rotura prematura de la bolsa o si existe sangrado.

Si te encuentras en esta situación, no desesperes, es el momento ideal para comprobar que las relaciones sexuales no tienen por qué ser exclusivamente coitales y que se puede disfrutar de una vida sexual plena sin necesidad de recurrir a la penetración. Ternura, caricias, sensualidad, afecto, erotismo y un poquito de imaginación son las claves para explorar la sexualidad de la pareja en esta nueva etapa. Relájate… y disfruta! ;-)

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Escrito por: Laura Rojas (Fisioterapeuta En Suelo Firme)

Fisioterapeuta especializada en suelo pélvico y licenciada en Periodismo por la UCM, combina su labor asistencial como fisioterapeuta pelviperineal con su labor divulgativa a través de En Suelo Firme. Su formación y experiencia en el ámbito de la comunicación se unen a una fuerte vocación de servicio y a un inagotable interés por la salud integral de la mujer, desarrollada en el ámbito de la fisioterapia obstétrica y uroginecológica, valorando y tratando los trastornos funcionales del periné, que pueden afectar a nivel urológico, coloproctológico, ginecológico y sexológico, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de la mujer y el hombre en las distintas fases de su ciclo vital.

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