Tratamientos de incontinencia urinaria
Existen dispositivos para evitar la incontinencia urinaria. En el caso de la incontinencia urinaria femenina, se trata de tampones para evitar las pérdidas de orina, o bien pesarios como los que se usan para aliviar los síntomas del prolapso. Cuando los tampones para evitar las pérdidas de orina o los modelos de pesario adecuados para este fin están colocados en la vagina, igual que se coloca un tampón higiénico, elevan el ángulo del cuello vesical y oprimen ligeramente la vejiga reduciendo de esta manera la posibilidad de escapes de orina ante un esfuerzo (tos, estornudo, risa, etc.) o algún ejercicio hiperpresivo (saltos, levantar peso, etc.).
En el caso de incontinencia urinaria masculina, se trata de pinzas peneanas que actúan externamente pero de manera similar, es decir, oprimen suavemente, sin llegar a cortar la circulación, el conducto de la uretra, situado por debajo y a lo largo del pene, para evitar los escapes de la orina. No obstante, con el uso de las pinzas peneanas o los tampones de incontinencia o pesarios, al eliminarse los escapes de orina, se erradican al mismo tiempo los problemas derivados de esos escapes, como pueden ser las dermatitis por el contacto, el mantenimiento de la humedad o, simplemente, el olor.
En cualquier caso, ni los tampones de incontinencia, ni las pinzas peneanas son una solución definitiva a los problemas de pérdidas de orina. Únicamente son mecanismos que, al evitar durante su uso los escapes de orina, facilitan el mantenimiento de la práctica de ciertos deportes y actividades o a veces simplemente posibilitan una vida social normal a las personas con incontinencia urinaria. Se debe considerar el uso de estos dispositivos de manera complementaria, nunca como sustituto de una rehabilitación y posible fortalecimiento de los músculos del suelo pélvico, tanto en hombres como en mujeres.
La valoración y el tratamiento por parte de un profesional sanitario especialista en suelo pélvico cuando existen pérdidas de orina debe ser siempre la primera opción. Si bien, si ya han aparecido las pérdidas de orina, aunque no es lo más recomendable, con el uso de tampones para la incontinencia se podría seguir practicando un deporte de impacto, pero nunca de manera sustitutiva a la valoración y tratamiento por parte de un profesional.
Así pues, existe una variedad de modelos y tallas de tampones para pérdidas de orina, fabricados en diferentes materiales, con unos tiempos de uso máximo distintos y una vida útil que difiere de un modelo a otro. Lo ideal es que sea el especialista en suelo pélvico que nos trata quien nos recomiende el modelo y talla de dispositivo para la incontinencia que mejor se adapte a nuestro caso. No obstante, según la edad, las capacidades físicas y psíquicas del hombre que padece incontinencia urinaria, será necesario fijarse en unas características o en otras.
En la capacidad de adaptarse lo máximo posible al diámetro del pene y evitar que quede demasiado apretada dificultando el flujo de la circulación sanguínea de la zona, las horas que puede llevarse puesta, aunque, en general, es recomendable quitarlas o al menos aflojarlas cada dos horas, la comodidad que ofrece el producto en cuestión, la facilidad de uso, para quitarlo y para ponerlo, dependiendo de las capacidades físicas del usuario, la discreción que el usuario necesita al usar el producto y la facilidad de limpieza de la pinza.