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Los masajeadores de suelo pélvico como Raya Intimina son dispositivos terapéuticos de masaje externo e interno, que no vibran y que se usan para el tratamiento vía vaginal o rectal de las disfunciones dolorosas derivadas de la excesiva contracción o hipertensión de los músculos del suelo pélvico. Su uso es una ayuda en el tratamiento de relajación y elastificación progresiva de los tejidos y músculos del suelo pélvico.

Los dilatadores vaginales como Vagiwell, así como también los anales, son dispositivos, normalmente de varios diámetros, muy eficaces en el tratamiento progresivo proctológico, ginecológico y urológico de la hipertonía o exceso de tono de los músculos del suelo pélvico que suele dar lugar a disfunciones dolorosas y potencialmente invalidantes. El tratamiento progresivo con estos aparatos ataca el origen de los síntomas, es decir, la hipertonía de la zona, de manera que consiguen aliviar significativamente los síntomas de estas patologías. Las dilataciones sucesivas con dispositivos de menor a mayor diámetro resultan cada vez menos dolorosas y permiten la cicatrización de las lesiones, así como una recuperación progresiva de la elasticidad del canal anal con la consiguiente desaparición o mejoría de los síntomas.

Indicaciones del uso de masajeadores de suelo pélvico

Cuando se usan correctamente y bajo la supervisión de un profesional cualificado, los masajeadores de suelo pélvico como Celesse Intimina logran aliviar los síntomas asociados a las siguientes disfunciones derivadas de la hipertonía de esta musculatura: Vaginismo o tensión involuntaria, recurrente o persistente de los músculos que rodean la vagina cuando se intenta la penetración, vulvodinia o dolor en la vulva, zona externa que rodea la vagina, persistente e inexplicado, dispareunia o dolor durante o después de las relaciones sexuales, dolor pélvico y síndrome de dolor pélvico crónico, atrofia vaginal o pérdida de elasticidad de los tejidos vaginales, cicatrices y episiotomías que persisten dolorosas, estrechamiento de la abertura vaginal o anal, también se puede usar para realizar el masaje perineal a partir de la semana 36 de embarazo, tras terapias de radiación, cistitis intersticial o síndrome de dolor en la vejiga, prostatitis crónica, prostatitis no bacteriana.

Indicaciones del uso de dilatadores vaginales

El uso de dilatadores vaginales tiene como objetivo la desensibilización y elastificación de los tejidos de la vagina y ayudan a relajar los tejidos que debido a la existencia de una cicatriz o por cualquier otro motivo, están rígidos y causan dolor: Dolor en la cicatriz de la episiotomía o de un desgarro tras el parto, después de un tratamiento oncológico prolongado con radiación o quimioterapia, dolor al introducir un tampón, durante las exploraciones ginecológicas con un espéculo o durante las relaciones sexuales con penetración, vaginismo, dispareunia, liquen escleroso, tras una intervención quirúrgica ginecológica que ha provocado un estrechamiento vaginal y/o retracción cicatricial, tras una intervención quirúrgica de cambio de sexo, de hombre a mujer.

Indicaciones del uso de dilatadores anales

El esfínter anal interno puede sufrir un exceso de contracción, hipertono, o una contracción espástica causada por varios factores: Estreñimiento con heces pequeñas y duras, consumo crónico de laxantes, infecciones, congestión hemorroidal, disentería, proctitis y colitis, fisuras anales, hipertonía de la musculatura del suelo pélvico, estrés psíquico.

Si el espasmo perdura en el tiempo, el canal se vuelve incapaz de relajarse, dificultando la defecación y provocando o agravando esas disfunciones. Con el uso de dilatadores anales, las sucesivas dilataciones resultan cada vez menos dolorosas y permiten la cicatrización de las lesiones, así como una recuperación progresiva de la elasticidad del canal anal y por lo tanto, la desaparición o mejoría de los síntomas, evitando de este modo la intervención quirúrgica.

En general, el uso de dilatadores anales está indicado en los siguientes casos: Hemorroides, fisura anal, espasmos dolorosostras una intervención quirúrgica en la zona anal o perianal, estenosis del canal anal, hipertonía anal o espasmo doloroso, estenosis (estrechamiento) del orificio anal, idiopática o causada por una cicatriz, postoperatorio de hemorroides y fístula.

Contraindicaciones del uso de masajeadores y dilatadores

Los masajeadores de suelo pélvico como Kiri Intimina deben usarse bajo la prescripción y supervisión de un profesional especialista y se debe evitar su uso en los siguientes casos: Cuando existe riesgo de infección, por ejemplo: amniorrexis durante el embarazo, infección vaginal, en caso de heridas sin cicatrizar en el área genital, cuando el paciente se encuentra bajo los efectos del alcohol u otras drogas, en casos de sangrado vaginal o anal de origen desconocido, cuando se lleva colocado un tampón o un diafragma, en caso de dolor durante su uso.

En las siguientes circunstancias se debe consultar con su especialista antes de comenzar a usar un masajeador de suelo pélvico: Ante cualquier daño neurológico o cualquier otra enfermedad que disminuya la sensación de dolor en el área genital, embarazo, paraplejia, enfermedad maligna en la zona genital (cáncer cervical, etc.), esclerosis múltiple, si se han administrado analgésicos que reduzcan la sensación de dolor en el área vaginal o anal, cuando en la zona hay venas varicosas o varices vaginales.

Cómo se usan los masajeadores de suelo pélvico

El masaje interno del suelo pélvico usando un masajeador de suelo pélvico debe ser llevado a cabo por un terapeuta profesional cualificado que deberá guiar y enseñar al paciente si quiere realizarlo por su cuenta. Se deben lavar cuidadosamente las manos antes de comenzar a realizar cualquier masaje interno. También se pueden usar guantes estériles sin látex. Para facilitar la inserción se puede usar agua destilada o un lubricante de base agua y libre de parabenos y de glicolpropileno para evitar irritaciones.

Se deberá incrementar la presión del masaje siempre gradualmente pero siempre asegurándose de que el masaje no resulta doloroso ni forzado. Se debe evitar explorar el área del hueso púbico donde se encuentran la uretra y la vejiga urinaria. En el caso de que el masajeador de suelo pélvico se pueda usar templado en agua destilada o enfriados en un frigorífico antes de su uso, se debe comprobar que el dispositivo se encuentra a la temperatura adecuada antes de cada uso, aplicándolo en alguna parte del cuerpo limpia y sensible, como por ejemplo en la zona de la muñeca, ya que se pueden sentir más calientes o más fríos cuando se insertan en la vagina o en el recto.

En general, el uso de los masajeadores de suelo pélvico debe realizarse bajo la prescripción y supervisión de un especialista en suelo pélvico, por lo cual, debe ser este especialista quien indique exactamente la duración e intensidad del tratamiento en cada caso concreto.

Cómo se usan los dilatadores vaginales y anales

El uso de dilatadores vaginales o dilatadores anales debe estar prescrito por un profesional que indicará la duración del tratamiento. Aunque se deben seguir estrictamente las indicaciones del fabricante y del especialista que ha prescrito el tratamiento, en general, se deben seguir los siguientes pasos: Antes del primer uso lavar los dilatadores como indique el fabricante y secarlos bien. Realizar el tratamiento en un lugar cómodo y relajado, sin interrupciones. Tomar un baño de asiento con agua templada-caliente, ya que tiene un efecto relajante en la musculatura del suelo pélvico.

Encontrar una posición relajada y aplicar un lubricante de base agua (nunca de base aceite o vaselina) en la punta redonda del dilatador. cCmenzar con el dilatador más pequeño. Respirar tranquilamente e introducir el dilatador ejerciendo una ligera presión. Una vez introducido hasta donde se pueda, dejarlo en el interior durante unos 3 minutos, y, para finalizar con los ejercicios, sacar el dilatador y permanecer unos minutos tumbada y relajada.

Si se puedes introducir un tamaño de dilatador sin sentir dolor, significa que tu esfínter se ha dilatado y que puedes utilizar el tamaño siguiente. El objetivo es la relajación de la zona, por lo que si se produce un espasmo o contracción de la musculatura debes interrumpir el ejercicio.

En general, durante el primer mes se debe usar el dilatador durante unos 10-15 minutos todos los días o incluso varias veces al día. En los siguientes seis meses, basta con usar el dilatador de 3 a 5 días a la semana. Posteriormente, hay que usar el dilatador según se necesite para mantener el suelo pélvico saludable y funcional. El tratamiento deberá continuarse al menos un mes después de que desaparezcan las molestias.