Enfrentarse a una prostatectomía o extirpación de tejido de la glándula prostática no es una decisión sencilla. A la falta de información que ha rodeado el tema hasta hace bien poco o la incertidumbre de si será una solución definitiva, se une la creencia de que, en un alto porcentaje de los casos, el paciente se va a enfrentar a unas graves secuelas y efectos secundarios. Por eso, en este artículo hablaremos sobre cómo superar la prostatectomía.

Pero, ¿cuáles son los riesgos de una prostatectomía? ¿Son graves sus secuelas? ¿Se pueden mejorar los efectos secundarios de una prostatectomía? Vamos a ver cuáles son estos efectos secundarios y cómo afrontarlos antes y después de la intervención, ya que muchos de ellos sí se pueden mejorar significativamente en la mayoría de los casos, e incluso llegar a superar completamente.

Qué es la próstata

La próstata es una glándula que se encarga de fabricar el líquido que transporta los espermatozoides cuando se produce una eyaculación. Está situada alrededor de la uretra, que es el conducto por el que se expulsa la orina.

Cuando aumenta de tamaño, bien porque hay una hipertrofia o hiperplasia benigna, o bien por la existencia de un tumor localizado en la zona (carcinoma prostático), la próstata acaba oprimiendo la uretra y aparecen entonces problemas urinarios y/o vesicales que pueden ser de carácter obstructivo o irritativo.

Causas de la hipertrofia o hiperplasia de próstata

Lo primero que hay que aclarar es que la hipertrofia o hiperplasia prostática ni es un cáncer, ni aumenta el riesgo de padecer cáncer. El aumento del tamaño de la próstata es algo que les ocurre a todos los hombres con el envejecimiento y no se sabe a ciencia cierta a qué es debido, aunque parece que son factores ligados a la edad y con los cambios en las células de los testículos.

A partir de los 40 años es frecuente un aumento de tamaño de la próstata y, a partir de los 80 años la hipertrofia prostática está presente en más de un 90% de los hombres.

Síntomas de la existencia de una hipertrofia de próstata

  • Goteo al final de la micción.
  • Dificultad para comenzar a orinar.
  • Chorro de orina débil o intermitente.
  • Micciones frecuentes pero con cantidades de orina pequeñas.
  • Necesidad imperiosa de acudir al baño varias veces durante la noche o nicturia.
  • Imposibilidad o sensación de no haber vaciado completamente la vejiga tras acudir al baño.
  • Infecciones repetidas.
  • Cálculos en la vejiga.
  • Presencia de sangre en la orina.
  • Hidronefrosis por retención de la orina.

¿Cuándo está indicada una prostatectomía?

Como hemos visto hasta ahora, la prostatectomía o extirpación de parte o de la totalidad de los tejidos de la próstata está indicada cuando por motivos de edad, salud y otras circunstancias del paciente se han descartado otros métodos alternativos o bien éstos ya no son efectivos a la hora de mejorar la calidad de vida o aumentar la esperanza de vida en pacientes con:

  • Evidencias de un cáncer de próstata.
  • Síntomas de una hipertrofia o hiperplasia benigna de próstata.

Tipos de prostatectomía

Hablamos de prostatectomía simple cuando se trata de la extirpación parcial de algunos tejidos de la glándula prostática. Es el tipo de prostatectomía más frecuente y su finalidad es mejorar la calidad de vida, recuperando o mejorando una función perdida, de quienes padecen una hipertrofia prostática.

Cuando el motivo de la intervención es la existencia de un cáncer de próstata, generalmente, se extirpa la totalidad de la glándula prostática para aumentar la esperanza de vida en quienes lo padecen. En estos casos, se denomina prostatectomía radical.

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Secuelas de la prostatectomía

Tanto la prostatectomía simple como la radical implican una serie de riesgos, ya que se trata de intervenciones quirúrgicas y como tales, llevan asociadas los mismos riesgos que cualquier otra operación, bien sea por la anestesia, las infecciones, los riesgos de salud previos, etc.

Además, cualquier daño en los nervios o vasos sanguíneos adyacentes a la próstata causado durante la intervención puede originar molestias y otras disfunciones entre las que se encuentran:

  • Impotencia, disfunción eréctil y problemas de erección (pero no hay disminución de la libido ni ausencia de orgasmos).
  • La incontinencia urinaria de esfuerzo.
  • Incontinencia urinaria de urgencia.
  • La denominada incontinencia anal, fecal o de gases.
  • Eyaculación retrógrada con paso de semen hacia la vejiga en lugar de hacia la uretra.
  • Pérdida de fertilidad espermática o esterilidad.
  • Estenosis uretral o estrechamiento de la uretra a causa de la cicatriz.
  • Hemospermia o sangre en el semen.
  • Trastornos digestivos como estreñimiento.

Superar prostatectomía simple

Conocer estos riesgos de antemano puede ayudar a que el paciente tome una decisión meditada junto a su urólogo sobre qué tipo de tratamiento adoptar, teniendo en cuenta además su historial clínico, edad o la gravedad de los síntomas, además de cómo prepararse para ese tratamiento y para las consecuencias que muy probablemente le va a acarrear.

Es muy interesante toda la documentación que el Michigan Cancer Consortium ha publicado al respecto del cáncer de próstata, la prostatectomía y cómo tomar una decisión acertada sobre el mejor tratamiento. Además, esta institución ha preparado catorce guías de ayuda sobre cómo afrontar esta situación y sus secuelas.

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Secuelas de una prostatectomía y cómo superarlas. La comunicación con la pareja es de vital importancia.

 

Superar la prostatectomia

Ansiedad y depresión tras una prostatectomía

A pesar de que la tasa de supervivencia tras una cirugía por cáncer de próstata es muy alta, muy cerca del 100%, y de que la mayoría de hombres que sufre esta patología no morirá a causa de esta enfermedad, hay estudios que demuestran que las tasas de ansiedad y depresión en estos pacientes son significativamente más elevadas que en otros tipos de cáncer.

Los elevados índices de ansiedad conducen a una baja satisfacción sexual y a múltiples síntomas de depresión. Al igual que en el caso de las mujeres que ven cómo tras una episiotomía su nivel de satisfacción sexual y la intensidad de sus orgasmos se ven disminuidos, tras una prostatectomía, el hombre puede encontrarse ante el mismo sentimiento de frustración y necesitar ayuda de varios especialistas.

Es en estos casos cuando una aproximación al problema de manera multidisciplinar, como ya te comentamos en otros artículos, puede resultar de gran ayuda. En cualquier caso, la comunicación y la implicación de la pareja son de vital importancia.

Cómo afrontar la incontinencia urinaria o anal (fecal o de gases)

Está demostrado que la reeducación del suelo pélvico, es decir, la capacidad de localizar de manera aislada los músculos del suelo pélvico, contraerlos y fortalecerlos correctamente, activando el core, desde antes de que se produzca la prostatectomía acelera la recuperación de la continencia y el control de los esfínteres.

Cuanto antes se dé comienzo a una terapia de reeducación del suelo pélvico, mayores serán las probabilidades de recuperación total de la calidad de vida, pues el fortalecimiento de estos músculos no solo asegura un mayor control de los esfínteres sino que también acelera la recuperación de la función eréctil y la intensidad de los orgasmos.

Para ello es importante tener en cuenta los siguientes aspectos:

  • Es necesario saber localizar y ejercitar los músculos correctos.
  • Asegurarse de ejercitar solo los músculos del suelo pélvico y el core con quien están directamente relacionados y coordinados.
  • Respirar normalmente durante la contracción o ejercicios de Kegel.

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Con la ayuda de un especialista en rehabilitación del suelo pélvico, no solo se trabajará a nivel muscular un programa de ejercicios de Kegel, sino que la reeducación abarcará probablemente aspectos de hábitos nutricionales, miccionales o defecatorios, prestando especial atención a una dieta exenta de excitantes y exceso de especias, cuidando el tránsito intestinal con alimentos ricos en fibra, evitando el sobrepeso, etc.

En cualquier caso y mientras se consigue una reversión de las secuelas de la prostatectomía mediante el fortalecimiento de los músculos del suelo pélvico, existen dispositivos cada vez más discretos y funcionales que ayudan a no disminuir la vida social del paciente, como las pinzas uretrales.

Cómo superar las secuelas sexuales

Junto a la incontinencia urinaria de esfuerzo y/o de urgencia, la disfunción eréctil o impotencia es el efecto secundario más común tras una prostatectomía. La buena noticia es que se puede tratar, se puede superar y se puede seguir disfrutando de una vida sexual en pareja. Cualquier daño provocado en los nervios o vasos sanguíneos puede repercutir en una disminución de la capacidad de erección, incluso años después del tratamiento.

A veces también pueden aparecer lo que se denominan orgasmos secos, cuando no se libera nada o muy poco semen ya que la glándula que fabrica el líquido que lo conduce al exterior ya no está. El tratamiento de la disfunción eréctil o impotencia tras una prostatectomía es variado:

  • Con fármacos por vía oral.
  • Mediante fármacos inyectables.
  • Fármacos intrauretrales.
  • Dispositivos de vacío.
  • Ejercicios de Kegel para el fortalecimiento de los músculos del suelo pélvico.
  • Terapia psicológica.
  • Implantes de prótesis peneanas mediante intervención quirúrgica.

En definitiva, conocer las secuelas que puede ocasionar la extirpación de la próstata es la manera más eficaz de afrontar con éxito la recuperación total o al menos al máximo nivel posible que las circunstancias de cada paciente permitan.

De nuevo, hemos visto cómo la reeducación y el fortalecimiento del suelo pélvico juegan un papel primordial en la superación de disfunciones, en este caso, los efectos secundarios causados por una prostatectomía simple o radical.

Por último, volvemos a insistir en la importancia de acudir a un especialista y si es necesario a varios expertos que desde cada uno de sus ámbitos de actuación nos ayuden a recuperar las sensaciones y la calidad de vida que habíamos disfrutado hasta ese momento.

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No olvides echar un vistazo a nuestros productos, los cuales pueden ayudarte a superar las secuelas de una prostatectomía, como por ejemplo la pinza peneana.

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Escrito por: María En Suelo Firme

Como tantas otras mujeres actuales, madre y trabajadora, que tras sufrir un primer parto en el año 2001 muy traumático y un segundo con prácticamente la misma violencia obstétrica que el primero, decide poner todos los medios a su alcance para superar sus secuelas físicas y psíquicas. Sorprendida por el tabú social y la gran cantidad de falsos mitos que existen en torno al suelo pélvico y sus disfunciones, descubrí la reeducación abdominopélvica, algo que en España por aquel entonces no se ofrecía en la sanidad pública y sobre lo que ni siquiera se informaba, pero que estaba totalmente normalizado y subvencionado en otros países del entorno europeo. Tras recuperarme y comprobar el desamparo en el que se encuentran otras muchas mujeres en mi misma situación, decidí fundar En Suelo Firme junto a Laura Rojas para romper tabúes y facilitar el acceso a información fiable sobre el suelo pélvico y soluciones para sus disfunciones.

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