¿Quieres reconocer cuáles son los síntomas de la diástasis abdominal? Si desde que diste a luz notas que tu abdomen sigue abultado como si todavía estuvieras embarazada y si sientes, además, pesadez, hinchazón, más gases o digestiones más lentas y pesadas, es posible que te interese seguir leyendo…

Qué es la diástasis abdominal

Los rectos del abdomen son esas dos hileras de cuadraditos que forman la famosa tableta de chocolate en la parte delantera del abdomen. En condiciones normales estos dos músculos están unidos entre sí por un tejido rico en colágeno que se llama línea alba. Los rectos van, por tanto, desde el esternón y las costillas hasta el pubis, y entre sus funciones está la de mantenernos erguidas, permitirnos flexionar el tronco y participan también en la respiración. Pero a veces la línea alba se rompe, y esto es lo que conocemos por diástasis abdominal.

Pero, ¿por qué? Pues por un gran estiramiento de la pared abdominal que puede suceder durante el embarazo, aunque también puede suceder a mujeres y hombres que tengan obesidad. Además, un aumento de la tensión de forma repetida en la zona de la línea alba debido, por ejemplo, a la realización de ejercicios hiperpresivos o de esfuerzos repetidos, como en el estreñimiento, también puede producir esa rotura.

Síntomas de la diástasis abdominal

Síntomas estéticos

Los síntomas de la diástasis abdominal van más allá de un problema estético. Quizás sea el factor estético lo que primero que nos hace saltar las alarmas al notar una separación visible entre los músculos rectos del abdomen o la tripa abultada incluso meses después de dar a luz o si después del parto, ya pasado un tiempo prudencial, hemos recuperado el peso de antes de estar embarazadas y esa tripa abultada sigue estando ahí.

Síntomas lumbares y pélvicos

Pero lo más importante es que la diástasis no es sólo un problema estético, sino que repercute en la estabilidad de la zona lumbar y en la zona pélvica y esto influye directamente en el mantenimiento de una postura adecuada y nos va a dar una serie de problemas como, por ejemplo: dolor lumbar, sensación de inestabilidad de la zona lumbar, debilitamiento del suelo pélvico y un mayor riesgo de prolapso e incontinencia urinaria.

Cuando hay una diástasis abdominal, al alterarse la postura, la estabilidad de la zona pélvica y de la zona lumbar, las fuerzas y presiones no van a ir dirigidas a la zona preparada para ello, nuestro suelo pélvico, sino que van a tender a ir hacia la zona vaginal. Con ello vamos a tener más riesgo de sufrir un prolapso y de padecer incontinencia urinaria.

Síntomas digestivos

Además, la diástasis se puede asociar a síntomas digestivos como, por ejemplo: malas digestiones, hinchazón abdominal, más acumulación de gases o la aparición de hernias de las vísceras abdominales. Muchas mujeres comentan que cuando se levantan de la cama sienten que entre los rectos aparece una especie de bultito, alguna dice que es como si le saliera un alien.

Ese es el contenido del abdomen que sale al exterior porque los rectos no están cerrados, así que, entre los síntomas y lo que visualmente puedes observar, ya tienes algunas pistas para saber si tienes diástasis abdominal.

¿Cómo saber si tengo diástasis abdominal?

Si quieres saber si tienes diástasis, puedes realizar la siguiente prueba sencilla: te vas a tumbar boca arriba con las piernas flexionadas y los pies apoyados en el suelo. Coloca una mano detrás de la cabeza y la otra mano en la zona umbilical, justo en la zona del ombligo. Vas a hundir tus deditos en esa zona y vas a realizar un abdominal tradicional, levantando la cabeza del suelo y levantando también los hombros.

Si cuando hacemos esto, entre los rectos del abdomen hay una separación, vas a notar que tus dedos se hunden en esa zona. Si esto sucede, ahora lo que deberíamos detectar es qué separación, qué distancia hay entre los rectos del abdomen. Para ello, en vez de colocar la mano en sentido perpendicular lateral, la colocaremos perpendicular frontal. Así, podrás medir con el ancho de tus dedos, qué separación hay entre los rectos.

Tratamientos para la diástasis abdominal

Fisioterapeuta de suelo pélvico

Un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico es el profesional que debe confirmar o no el diagnóstico y quien deberá pautar una serie de ejercicios y recomendaciones para la vida diaria. Es importante que hayas medido la distancia entre tus rectos porque no es lo mismo una separación de un dedito, que de dos dedos. Normalmente hablamos de que una separación de dos centímetros y medio se considera ya una diástasis abdominal. Dependiendo de la separación de los rectos, el tratamiento podrá consistir simplemente en un tratamiento conservador, es decir, a través de fisioterapia, de ejercicios, de una reeducación abdominopélvica.

Cirugía para la diástasis abdominal

Si la separación es muy grande o cursa con mucho dolor necesitarás visitar a un médico que valore si es necesaria una intervención quirúrgica, lo que llamamos una abdominoplastia. En cualquier caso, tanto si necesitas intervención quirúrgica como si no, la fisioterapia siempre va a estar indicada. Si van a intervenirte sería muy positivo que llegues a esa cirugía con un buen tono en tu musculatura. Una buena propiocepción y una buena conciencia de tu cuerpo, hará que llegues mejor a la intervención y que la recuperación de la misma sea más rápida.

Y ahora que ya conoces cuáles con los síntomas de la diástasis abdominal y que puede mejorar, y mucho, con fisioterapia, te animo a que te pongas manos a la obra para que soluciones no sólo la parte estética sino, sobre todo, esos problemas que pueden llegar a ser tan molestos.

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Escrito por: María En Suelo Firme

Como tantas otras mujeres actuales, madre y trabajadora, que tras sufrir un primer parto en el año 2001 muy traumático y un segundo con prácticamente la misma violencia obstétrica que el primero, decide poner todos los medios a su alcance para superar sus secuelas físicas y psíquicas. Sorprendida por el tabú social y la gran cantidad de falsos mitos que existen en torno al suelo pélvico y sus disfunciones, descubrí la reeducación abdominopélvica, algo que en España por aquel entonces no se ofrecía en la sanidad pública y sobre lo que ni siquiera se informaba, pero que estaba totalmente normalizado y subvencionado en otros países del entorno europeo. Tras recuperarme y comprobar el desamparo en el que se encuentran otras muchas mujeres en mi misma situación, decidí fundar En Suelo Firme junto a Laura Rojas para romper tabúes y facilitar el acceso a información fiable sobre el suelo pélvico y soluciones para sus disfunciones.

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