¿Qué es el pH vaginal? ¿Qué relación existe entre sus alteraciones y las infecciones y procesos inflamatorios vaginales? ¿Qué puedo hacer para mantenerlo en equilibrio y evitar o combatir las vaginitis? ¿Existen productos de higiene íntima adecuados? Descubre la importancia de prevenir su alteración para evitar la presencia de molestias vulvares y vaginales, así como infecciones en el tracto genital inferior. Un día más nos proponemos mitigar, a base de información, la falta de cotidianidad y el pudor que rodea los temas de la esfera femenina más íntima, tan interesantes como necesarios para el cuidado y mantenimiento de nuestra salud perineal.

Qué es el pH de la vagina

El potencial de hidrógeno indica la concentración de iones hidronio [H3O]presentes en una disolución. Pero esto, ¿qué quiere decir? Pues, para entendernos mejor, indica el grado de acidez de una disolución. Así pues, el pH vaginal informa de la concentración de dichos iones en la mucosa vaginal, pudiendo conocer así el grado de acidez o alcalinidad que presenta la vagina en un determinado momento.

De este modo, el pH neutro es igual a 7.0, el ácido es menor que 7.0, y el pH alcalino o básico es mayor que 7.0. Por lo que, considerando el punto neutro, la alcalinidad va aumentando, mientras que hacia abajo va aumentando la acidez.

Dicho esto, el pH vaginal es distinto a lo largo del ciclo de la mujer, así como en las distintas etapas de su vida. Conociendo cómo varían sus valores en una mujer sana, podremos actuar para prevenir o corregir ciertos desequilibrios. Este es un factor importante ya que existe una relación con el estado microbiológico de la vagina. Si está alterado, por exceso o por defecto, puede favorecer las infecciones vaginales.

Para qué sirve el pH vaginal

La vagina tiene una función depurativa o de defensa que llamamos barrera microbiológica que protege al cuerpo frente a una serie de agresiones. Actúa a través de un mecanismo de acidificación que consta, principalmente, de dos estrategias. La descamación celular del epitelio de la mucosa vaginal y la producción de glucógeno por parte de las células epiteliales, que, tras metabolizarse a ácido láctico, acidifica el medio. Es decir, el pH disminuye por debajo de 7.0 y ejerce una acción bactericida que impedirá el desarrollo intravaginal de gérmenes patógenos.

En la infancia y la menopausia, la función depuradora de la vagina está disminuida por considerarse innecesaria. Sin embargo, en la mujer con actividad hormonal cíclica, es decir, en edad fértil está en pleno auge. El pH de la vagina que se consigue cuando la barrera microbiológica está en auge es ácido. Esta acidez irá descendiendo a medida que los gérmenes patógenos se vayan instaurando.

Pero hay que tener en cuenta que la disminución de la acidez favorece la aparición o continuidad de las infecciones. Por ello, cuando el tono hormonal es bajo, como por ejemplo durante la menopausia, el pH se eleva disminuyendo la acidez adecuada para la depuración biológica de la vagina. Por lo tanto, la mujer estará más expuesta frente a las agresiones que puedan surgir.

Infecciones vaginales relacionadas con el pH

Ya sabemos que las infecciones tienden a elevar el pH, disminuyendo el grado de acidez. Veamos los tres tipos más comunes de infecciones vaginales causadas por bacterias.

Vaginosis bacteriana

La vaginosis bacteriana, causada por Gardnerella vaginalis, suele estar acompañada de bacterias anaerobias que causan el mal olor característico de estas infecciones. En estos casos es conveniente aumentar la acidez con productos de pH 3.5-4.0.

Infección vaginal por protozoos

La infección vaginal por protozoos más frecuente la produce el Trichomonas vaginalis en el 90% de los casos y conlleva un pH vaginal >4.5 o 4.7, pero también entre 5.0 y 6.5. Por ello, en este caso es recomendable disminuirlo, con productos de pH 3.5-4.0.

Candidiasis, infección por hongos

La infección vaginal por hongos, normalmente producida por Candida albicans, conllevan un aumento del grado de acidez. Los síntomas aparecen cuando el pH vaginal está por debajo de 4.0. En esos casos se recomienda disminuir la acidez con productos de pH 6.0-8.5. Sin embargo, si en presencia de hongos el pH es superior a 4.7, cabe pensar en una infección bacteriana mixta, para la que habría que aumentar el grado de acidez del medio, recurriendo de nuevo a productos de pH 3.5-4.0.

Variaciones del pH vaginal a lo largo de la vida

Conocer el pH vaginal y unir este dato al momento y circunstancia que vive la mujer (momento del ciclo menstrual, embarazo, menopausia…) proporciona una valiosa información que nos permitirá, si es necesario, actuar corrigiendo sus alteraciones para evitar infecciones y favorecer el equilibrio de la flora vaginal.

El pH vulvar en las niñas y hasta la pubertad es neutro, valores que vuelven a repetirse en la época de la menopausia. Así pues, el pH de la mujer en edad fértil con ciclos menstruales, durante la menstruación es neutro, muy ligeramente ácido o muy ligeramente básico; en la fase prementrual es ácido debido a la gran producción de ácido láctico, fruto de la depuración biológica de la vagina, lo que genera un ambiente hostil para los gérmenes patógenos. Durante el resto del ciclo el pH sigue siendo ácido, aunque menos al igual que en el embarazo.

Síntomas y causas de alteraciones del pH

Los síntomas más frecuentes que provocan una alteración del pH de las mujeres son los siguientes. Cambios en el flujo vaginal, prurito, picor vaginal, escozor, sequedad vaginal, disuria, es decir, dolor o dificultad para orinar, dispareunia, molestias o dolor genital en las relaciones sexuales, vulvodinia o dolor en la vulva y molestias anales.

Pero, ¿qué causas producen alteraciones en el pH de la vagina? Pues hay factores que predisponen a la mujer como la diabetes, la obesidad, el dispositivo intrauterino (DIU), el embarazo, los tratamientos antibióticos recientes o reiterados y las micosis anteriores.

No obstante, las causas del aumento del pH es decir, que lo elevan por encima de 5.0 disminuyendo el grado de acidez son las infecciones, las vaginitis bacterianas, las duchas vaginales, el semen, cuyo pH oscila entre 6.9 y 7.3 y el exceso de moco cervical. En estos casos convendrá acidificar el medio con productos de pH 3.5-4.0.

Así pues, las causas de la disminución del pH tiene que ver con el exceso de Lactobacillus acidophilus, que conlleva que el pH sea excesivamente ácido (<4.0), causando molestias como irritación, escozor o prurito. En estos casos, podemos disminuir la acidez del medio y elevarlo con productos de pH 6.0-8.5.

Cómo regular el pH vaginal

El pH se puede medir con tiras de papel de tornasol. Existe un modo más sofisticado con electrodos de medida que proporcionan datos decimales. Lo ideal sería que en toda exploración ginecológica se llevara a cabo un protocolo de medición y corrección, si fuera necesario. Pero esta prueba es imprescindible en los casos en que la mujer presenta síntomas molestos en la zona perineal, vulvar y/o vaginal.

La normalización del pH de la vagina es un factor decisivo en la prevención de las vaginitis, especialmente en los casos de vaginitis recurrentes o recidivantes. Y para ello es necesario conocer y valorar cuál es el valor normal de la mujer, dependiendo del momento en el que se encuentre, para así poder actuar de forma paralela a los tratamientos médicos específicos (como coadyuvante) y en la importante tarea de la prevención.

Una vez conocido su valor y, si es preciso corregirlo, se actuará aumentando el grado de acidez disminuyendo el pH, o bien, disminuyendo el grado de acidez aumentando el pH. Por lo tanto, debido a las variaciones que experimenta el pH de la zona íntima, es recomendable que la higiene íntima femenina se realice con productos acordes a su valor.

Cómo mantener un pH vaginal equilibrado

Para evitar infecciones vaginales es necesario mantener buena higiene personal y tener en cuenta las siguientes recomendaciones. Y es que, la región perineal debe limpiarse de delante hacia atrás para evitar la colonización de la vagina y la uretra por parte de los microbios procedentes de la región anal. La vulva debe limpiarse separando los labios, para evitar que las zonas de los pliegues queden sin limpiar. No olvides retirar los tampones vaginales por la noche, ya que el riesgo de olvido es bastante frecuente. Evita las duchas vaginales, que dejan la mucosa desprotegida porque disminuyen el mecanismo de depuración biológica de la vagina al arrastrar la flora vaginal normal. Usa ropa interior permeable y evita los pantalones excesivamente ajustados.

Espero haberte ayudado a comprender qué es el pH vaginal y cómo mantenerlo equilibrado favorece la función depurativa biológica de la vagina. Cómo mejora sus defensas y cómo en función de su valor será bueno disponer de productos adecuados. No obstante, tanto a modo preventivo, como coadyuvante en el tratamiento de los procesos infecciosos e inflamatorios, debemos prestar una especial atención a nuestro cuidado íntimo.

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Escrito por: Laura Rojas (Fisioterapeuta En Suelo Firme)

Fisioterapeuta especializada en suelo pélvico y licenciada en Periodismo por la UCM, combina su labor asistencial como fisioterapeuta pelviperineal con su labor divulgativa a través de En Suelo Firme. Su formación y experiencia en el ámbito de la comunicación se unen a una fuerte vocación de servicio y a un inagotable interés por la salud integral de la mujer, desarrollada en el ámbito de la fisioterapia obstétrica y uroginecológica, valorando y tratando los trastornos funcionales del periné, que pueden afectar a nivel urológico, coloproctológico, ginecológico y sexológico, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de la mujer y el hombre en las distintas fases de su ciclo vital.

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