¿Padeces infección de orina o cistitis frecuentes? ¿Te han realizado análisis de orina en los que no se detectan infección, pero sigues sufriendo los mismos síntomas de una cistitis? ¿Sabías que las causas de la cistitis no siempre son infección de orina, aunque sus síntomas son prácticamente los mismos? ¡No las confundas! Desde En Suelo Firme te explicamos todo lo que debes saber.

Sigue leyendo el post de hoy si quieres conocer los diferentes tipos de cistitis que existen, las posibles causas que las originan, cómo prevenirlas y los tratamientos que puedes recibir.

¿Qué es la cistitis? ¿Cómo se relaciona con la infección de orina?

Si eres mujer y estás leyendo este post, sabrás perfectamente a qué nos referimos cuando hablamos de cistitis.

¿Qué madre no ha repetido a su hija hasta la saciedad: “¡No te sientes en el suelo que vas a coger una cistitis!”?

Pero esa frase de nuestras madres y abuelas es una verdad a medias.

Más que el contacto con una superficie fría, la propensión a sufrir una cistitis por parte de las mujeres y niñas se debe principalmente a que el conducto de la uretra es mucho más corto en el caso de las mujeres (25-50 mm) que en el de los hombres (15 cm), con lo cual, las posibilidades de que un microbio, una bacteria, alcance la vejiga es mucho mayor que en el caso de los hombres.

El término cistitis, como todos los términos médicos terminados en “itis”, hace referencia a la inflación de un órgano y en este caso se refiere concretamente a la inflamación de la vejiga urinaria.

Es decir, una cistitis es nada más y nada menos que una inflamación de la vejiga urinaria.

Tipos de infección de orina

Pero, ¿qué causas provocan que la vejiga urinaria se irrite e inflame?

Cistitis

Cistitis bacterianas o producidas por una infección

El motivo más frecuente que origina una inflamación de la vejiga urinaria y por consiguiente la infección de orina,  son las infecciones producidas por la presencia de microbios, principalmente bacterias como la famosa E. coli, presente en los intestinos, en cualquier órgano del tracto urinario, es decir, la vejiga, la uretra, los uréteres o los riñones.

La colonización por este tipo de bacterias se suele producir por:

  • Bañarnos o entrar en contacto con superficies o aguas en las que estén presentes estos microorganismos, aguas estancadas, contaminadas, etc pueden propiciar la aparición de la infección de orina.
  • Un traspaso de bacterias desde el ano a la vagina durante las relaciones sexuales.
  • El contacto de las heces con la uretra provocado por una incontinencia anal o fecal.
  • Cualquier motivo que dificulte el vaciado completo de la vejiga o produzca retención urinaria imposibilitando la correcta eliminación de los microorganismos presentes en la orina: un cistocele o prolapso de la vejiga, un prolapso uterino, la incorrecta colocación de un diafragma o un pesario vaginal, etc. Todos estos casos pueden ayudar a la infección de orina.

Como puedes deducir, si sufres una infección de orina de forma recurrente deberías acudir a realizarte una valoración de suelo pélvico.  Esa infección de orina puede estar originándose a causa de la retención de orina o un incorrecto vaciado de la vejiga producido por un prolapso, una hipotonía o debilidad de los músculos del suelo pélvico. También, se puede tratar de una hipertonía u otras disfunciones del suelo pélvico que responden de manera muy positiva al tratamiento con fisioterapia especializada.

Pero, a pesar de que este es el motivo más frecuente, las cistitis no siempre son producidas por una infección bacteriana y, aunque los síntomas suelen ser prácticamente los mismos, deben ser diagnosticadas correctamente para poder facilitar el acceso al tratamiento más adecuado para cada caso.

Cistitis provocadas por la alteración de la flora vaginal

Tal y como hablábamos largo y tendido en este post, el ecosistema o microbiota vaginal está compuesto por una serie de microorganismos vivos, principalmente lactobacilos, que residen y garantizan el equilibrio y salud de la vagina.

Esta flora vaginal bloquea la entrada de microbios y otros microorganismos patógenos y ayuda a su eliminación mediante la producción de sustancias antimicrobianas.

Cuando esta flora se elimina o se altera, por ejemplo, cuando nos sometemos a un tratamiento con antibióticos, dejamos a nuestra vagina sin sus defensas naturales y muy vulnerable a la entrada de microbios y otros patógenos, y por lo tanto, vulnerables a la infección de orina.

Cistitis causadas por cambios hormonales y/o anatómicos

La menopausia o el embarazo son momentos en los que se producen cambios en el pH vaginal y en los niveles de algunas hormonas, como la progesterona en el embarazo o los estrógenos en la menopausia.

menopausia-o-el-embarazo

Esta alteración del equilibrio vaginal origina un descenso en el nivel de protección que este ecosistema ofrece en circunstancias normales como resultado de los cambios producidos en la calidad de los tejidos, el descenso en el nivel de lubricación, el cambio de pH, etc.

Durante el embarazo, además, se producen una serie de cambios anatómicos en el cuerpo de la mujer que dificultarán la eliminación de la orina y pueden llegar a provocar incluso retención de orina.

Estas circunstancias como el aumento del número de micciones que se producen a lo largo del día e incluso la noche debido al mayor peso y presión sobre la vejiga o la uretra, o la obstrucción de los uréteres por el aumento de volumen del útero, favorecen la aparición de cistitis o infección de orina.

Cistitis producidas por reacciones a medicamentos o a radioterapia

Las radioterapias en la zona pélvica y algunos medicamentos, sobre todo algunos usados en quimioterapias, como la ciclofosfamida y la ifosfamida, pueden provocar una inflamación de la vejiga urinaria o infección de orina cuando sus restos no son expulsados del cuerpo completamente.

Cistitis provocadas por reacción al contacto con cuerpos extraños, materiales no hipoalergénicos y productos químicos

El uso prolongado de un catéter, el uso de espermicidas, ciertas sustancias químicas presentes en productos de higiene no adecuados para la higiene íntima (desodorantes íntimos, sales de baño, jabones para baños de burbujas, copas menstruales fabricadas en materiales que no son hipoalergénicos, etc.) puede aumentar las posibilidades de irritación e inflamación de los órganos del tracto urinario. De este modo, es más probable la aparición de la infección de orina.

Cistitis asociadas a otras patologías

La diabetes, diversos tipos de cáncer, la esclerosis múltiple, el lupus, la enfermedad de Crohn o la diverticulitis son algunas de las enfermedades que pueden asociarse a irritación e inflamación del tracto urinario o infección de orina.

Cistitis intersticial

La denominada cistitis intersticial merecería un capítulo aparte.

No se encuentra entre el tipo de cistitis originadas por una infección de la orina y sus causas no están del todo claras para los científicos.

Se suele definir como una irritación o inflamación de las paredes de la vejiga que deriva en su rigidez, puede llegar a disminuir su capacidad y produce dolor en la vejiga, dolor pélvico, dificultad para orinar y sensación de vejiga llena que provoca a quien la padece ganas de orinar frecuentemente y con urgencia.

A la cistitis intersticial se le conoce también como síndrome de la vejiga dolorosa o cistitis crónica y puede llegar a ser muy debilitante para las personas que la padecen.

Los síntomas que presenta la cistitis intersticial no suelen diferir demasiado de los que produce cualquier otra cistitis, por ello, muchas veces, sobre todo al principio se suele tratar con antibióticos hasta que se descubre que se trata de una cistitis crónica.

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Síntomas de la infección de orina

Los síntomas de la infección de orina o cistitis suelen ser los siguientes:

  • Orina turbia o con sangre.
  • Orina con fuerte olor o un olor desagradable.
  • Dolor, ardor o escozor al orinar.
  • Sensación de necesidad urgente de orinar incluso después de haber acudido al baño.
  • Necesidad de orinar constantemente y mucho más frecuentemente de lo habitual.
  • Dolor pélvico, por encima del pubis, abdominal y/o en el aparato urinario.
  • Fiebre o febrícula en algunas ocasiones, no siempre.

→ Los casos de cistitis crónica o cistitis intersticial suelen ir acompañados la mayoría de las veces de hipertonía en los músculos perineales, lo cual originará dolor en la zona pélvica o dolor y dificultad en las relaciones sexuales, dispareunia, entre otras disfunciones del suelo pélvico.

En estos casos de cistitis intersticial, al desconocerse sus causas, los tratamientos suelen estar dirigidos a aliviar y mejorar los síntomas y el dolor que padecen quienes la sufren y en ese sentido, la fisioterapia del suelo pélvico puede ser de gran ayuda.

Pero, ¿qué está en nuestras manos a la hora de prevenir las cistitis?

Prevenir infección de orina

Sería interesante que leyeras o volvieras a leer, si aún no lo has hecho, nuestro artículo sobre los 15 consejos de salud vaginal que nuestras hijas deberían conocer,  aplicables a la mayoría de mujeres, y el post de nuestra compañera Laura Rojas sobre la vejiga hiperactiva donde también podrás encontrar algunas claves para preservar tu salud vaginal y pélvica.

Pero, como norma general las recomendaciones genéricas para prevenir la aparición de la infección de orina suelen ser:

  • Beber abundantes líquidos. Unos dos litros al día.
  • Orinar cada tres o cuatro horas.
  • Orinar lo antes posible después de haber mantenido relaciones sexualespara expulsar las posibles bacterias que hayan podido entrar en la uretra. Es muy común el padecer infección de orina justo después de haber tenido relaciones sexuales.
  • Limpiarse de adelante hacia atrásal acudir al baño.
  • Cuidar la higiene íntima, pero usando productos que respeten el pH de nuestra vagina. En este post tienes más información sobre cómo cuidar el pH vaginal.
  • Usar ropa interior de algodón y evitar la ropa ajustadapara evitar el ambiente cálido y húmedo idóneo para la proliferación de hongos y bacterias.
  • Tomar habitualmente probióticos y yogures ecológicosricos en lactobacilos que garanticen el equilibrio de la microbiota vaginal.
  • Manejar los niveles de estrés, que pueden llegar a afectar a tu sistema inmunológico. Sí, el estrés también puede propiciar la aparición de la infección de orina.
  • Evitar el tabaco y la ingesta de alimentos excitantescomo el café, el alcohol, las especias muy picantes, etc. muy irritantes para la vejiga urinaria.
  • Evitar el estreñimiento, que facilita la acumulación de bacterias intestinales en la ampolla rectal y la zona perineal.
  • Aunque no hay estudios científicos concluyentes al respecto y podría tratarse de un efecto placebo, parece que la ingesta de zumos ricos en vitamina C o el zumo de arándanospodrían ayudar a evitar la infección de orina acidificando la orina y evitando que las bacterias se adhieran a las paredes de la vejiga

prevenir infeccion orina

→ Ante dolor pélvico o molestias al orinar, ante la menor sospecha de que el número de micciones no es el habitual, plantéate la posibilidad de llevar un registro y anotar tus sensaciones en un diario miccional (como este que hemos elaborado para que te lo descargues gratuitamente) para poder comentarlo junto a un profesional sanitario que te ayude a realizar un diagnóstico correcto y te proponga un tratamiento eficaz.

Tratamiento de la infección en la orina

Cambios en los hábitos de vida

El diagnóstico correcto es fundamental para poder encontrar el origen de la cistitis o la infección de orina. En ocasiones, si se sufre de infección de orina por el simple hecho de usar algún producto de higiene, un anticonceptivo determinado, tener unos hábitos de alimentación desequilibrados, etc. que simplemente cesándolos o modificándolos hace que las molestias desaparezcan por sí solas.

Antibióticos

Lo más habitual es que cuando se sufren los síntomas de una cistitis, los antibióticos sean en lo primero que se piense, pues es lo más frecuente, es en una infección de orina y se recurra al uso de antibióticos.

Pero, en primer lugar, habría que asegurarse mediante una analítica de que en efecto se trata de una infección bacteriana, pues el tratamiento con antibióticos tiene un efecto colateral nefasto para la flora vaginal a la que altera y destruye.

Analgésicos y calor seco

Es frecuente también que si la cistitis o infección de orina va acompañada de dolor se prescriban analgésicos y la aplicación de calor seco en la zona para reducirlo.

Cremas de estrógeno vaginal

Durante la menopausia se puede prescribir también el uso de estrógenos vía vaginal como coadyuvante al tratamiento para la cistitis recurrente que suele ser frecuente en esta etapa de la vida. Estos pueden ayudar al tratamiento de la infección de orina.

Entrenamiento vesical

La reeducación de la vejiga o entrenamiento vesical junto a un profesional sanitario especialista en suelo pélvico persigue restablecer un patrón normal de vaciado vesical, a través de un entrenamiento de la vejiga.

Para poder llevarlo a cabo, como te comentaba antes, hay que estudiar los hábitos de micciones e ingesta de líquidos del paciente registrados en un diario miccional.

Una vez estudiado el patrón de vaciamiento vesical del paciente (pautas de vaciado, presencia de urgencia, escapes y tipo, situación en la que estos se producen, bebidas ingeridas, etc.), se propone un plan de entrenamiento con micciones programadas y pautas higiénico-dietéticas.

Reeducación del suelo pélvico

El estado ideal de cualquier músculo del cuerpo se basa en su fuerza, tono y elasticidad.

La musculatura del suelo pélvico no es ninguna excepción, es decir, para garantizar que sus funciones se realizan con total normalidad, correctamente y sin molestias, debemos llevar a cabo un entrenamiento constante a lo largo de toda nuestra vida.

Para ello necesitaremos la ayuda de un especialista en suelo pélvico, al menos al principio, que nos dicte las pautas correctas para:

  • Un entrenamiento de la fuerza de la musculatura del suelo pélvicoque garantice las funciones de contención y sostén de los órganos pélvicos, entre otras.
  • La regulación del tono de la musculatura del suelo pélvico, ni muy débil ni excesivamente tenso, para ayudar al correcto vaciado y a la contención.
  • La estimulación del reflejo perineal inhibidor del detrusor, que actúa inhibiendo la actividad del músculo liso de la vejiga.

Además, para saber las mejores pautas a la hora de relajar tu suelo pélvico, puedes ver este vídeo donde te contamos todas las técnicas que necesitas saber.

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Tratamiento de la hipertonía

Un fisioterapeuta especialista en suelo pélvico podrá proponer un tratamiento para mejorar las molestias provocadas por la excesiva tensión de los músculos del suelo pélvico mediante una terapia manual con masajes externos y/o intravaginales para tratar el dolor e intentar eliminar los puntos gatillo.

→ Como complemento al tratamiento, es posible la incorporación del uso de dispositivos, tanto en la consulta del especialista como en tu propio domicilio, como los dilatadores vaginales para aumentar la elasticidad de los tejidos, los biofeedbacks para conocer en qué estado de tensión y fuerza se encuentran los músculos, la electroestimulación mediante una sonda vaginal o anal con programas específicos de relajación muscular, etc.

Y si quieres saber un poco más sobre la hipertonía y cómo manejarla, te recomendamos que veas este vídeo en nuestro canal de YouTube.

Neuromodulación del nervio tibial posterior

Se trata de un procedimiento que puede realizarse tanto en consulta como en el propio domicilio, previa prescripción y pautas de un profesional sanitario, mediante el uso de aparatos de electroestimulación portátiles que aplican una corriente en el nervio tibial posterior, al que se accede en la cara interna de la pierna a la altura del tobillo, a través de un electrodo de superficie o una aguja de acupuntura.

La neuromodulacion del tibial posterior actúa inhibiendo el centro de la micción y reduciendo la frecuencia miccional y los episodios de urgencia.

    Otras alternativas más invasivas: Bótox, cistoplastia.

    En los casos de cistitis crónica o intersticial que no responden a toda la gama de tratamientos no invasivos que te hemos comentado y que puedes intentar, existen varias alternativas más invasivas que deben ser prescritas por un médico y que parece que son efectivas y están surtiendo efecto.

    La infiltración de toxina botulínica y la ampliación vesical (cistoplastia) son dos opciones no conservadoras a las que se puede recurrir cuando las líneas de tratamiento anteriores no dan buenos resultados en los casos de cistitis crónica o intersticial.

    En cualquier caso, consulta con tu médico o profesional sanitario, encuentra el diagnóstico acertado para tus cistitis o infección de orina frecuentes y sigue su prescripción.

    Esto es todo lo que queríamos contarte sobre la cistitis.

    Esperamos haberte resultado útiles y haberte podido ayudar.

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    Escrito por: María En Suelo Firme

    Como tantas otras mujeres actuales, madre y trabajadora, que tras sufrir un primer parto en el año 2001 muy traumático y un segundo con prácticamente la misma violencia obstétrica que el primero, decide poner todos los medios a su alcance para superar sus secuelas físicas y psíquicas. Sorprendida por el tabú social y la gran cantidad de falsos mitos que existen en torno al suelo pélvico y sus disfunciones, descubrí la reeducación abdominopélvica, algo que en España por aquel entonces no se ofrecía en la sanidad pública y sobre lo que ni siquiera se informaba, pero que estaba totalmente normalizado y subvencionado en otros países del entorno europeo. Tras recuperarme y comprobar el desamparo en el que se encuentran otras muchas mujeres en mi misma situación, decidí fundar En Suelo Firme junto a Laura Rojas para romper tabúes y facilitar el acceso a información fiable sobre el suelo pélvico y soluciones para sus disfunciones.

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