¿Sabes qué es una histerectomía? Es una de las operaciones ginecológicas que se practican con mayor frecuencia en muchos países occidentales, incluso por delante de las cesáreas. En EE.UU. se realizan alrededor de 500.000 y España más de 50.000 al año. Además, existen multitud de denuncias en varios países por el altísimo número de operaciones practicadas innecesariamente. Sin embargo, gracias a que las mujeres están cada vez más y mejor informadas sobre cómo mantener su salud íntima, el número de intervenciones de este tipo está disminuyendo.

Porque cuando a una mujer se le extirpa el útero, las consecuencias físicas y psíquicas son muchas e importantes. Por ello, es esencial que una mujer se informe y pida todas las opiniones médicas y de los especialistas que necesite para cerciorarse de que en su caso la operación de matriz es necesaria y está justificada porque no existe otra alternativa. En caso de que así sea y, en efecto, no exista una alternativa viable, conocer de antemano las secuelas que le acarreará le ayudará a saber cómo afrontarlas sin temores y entender cómo se pueden superar.

Qué es una histerectomía

La histerectomía es una intervención quirúrgica irreversible mediante la cual se extirpa el útero, o bien, una parte de el útero y/o algunos órganos adyacentes como los ovarios o las trompas. No obstante, hay una gran falta de información entre las mujeres a quienes se les ha realizado esta intervención quirúrgica y muchas de ellas desconocen qué órganos se les ha extirpado o cuál es la magnitud y el impacto que esta intervención tendrá en sus vidas.

Cada mujer a la que se le proponga esta intervención debería preguntar a su ginecólogo las siguientes cuestiones y resolver todas las dudas que le puedan surgir: Qué órganos se van a extirpar y por qué, qué tipo de intervención se va a realizar (laparoscópica, abdominal o vaginal), si será necesaria o no una terapia hormonal sustitutiva (THS), cuáles son las consecuencias de la operación a largo plazo, qué riesgos implica la misma y qué alternativas existen.

Tipos de histerectomía

No referimos a una histerectomía subtotal cuando se extirpa sólo el cuerpo del útero, total cuando se extirpa tanto el cuerpo, como el cuello del útero, radical cuando se extrae el cuerpo del útero, el cuello del útero, la parte alta de la vagina y todos sus ganglios y conductos linfáticos, y a una histerectomía total más doble anexectomía cuando, además de todos los órganos de una extirpación radical, se extraen las trompas de Falopio y los ovarios.

Así pues, el procedimiento que se utiliza para realizar esta intervención quirúrgica puede ser en la zona abdominal cuando se realiza a través de una incisión y quedará una cicatriz visible, laparoscópica cuando se practica mediante la introducción de aparatos quirúrgicos a través de tres pequeñas incisiones en el abdomen, o histerectomía vaginal, a través de la vagina, con lo cual, no queda cicatriz visible.

Causas de la histerectomía

En general, se procedería a la extracción del útero en los siguientes casos: Cáncer de útero, cáncer de cuello de útero, cáncer de endometrio o cáncer de ovario, hemorragias uterinas anómalas, miomas o fibromas uterinos grandes, prolapso de útero avanzado o endometriosis que no responden al tratamiento hormonal.

No obstante, desde hace algún tiempo se viene denunciando por parte de diferentes colectivos, entre los que destaca la ONG o asociación no gubernamental norteamericana Hysterectomy Educational Resources and Services Foundation los innumerables casos de prácticas innecesarias de histerectomías que parecen estar motivadas por intereses económicos.

Cada año se generan, según las declaraciones de esta organización, más de 17 billones de dólares en torno a este tipo de intervención. Como dato relevante, hay que destacar que desde esta asociación aseguran que el 98% de las mujeres que derivaron a un comité de ginecólogos, después de que se les hubiera practicado la operación de útero y ovarios, descubrieron que realmente no la necesitaban.

Porque, si bien es cierto que existen patologías frente a las cuales la única posibilidad es la extirpación del útero, hay otras en las que no se justifica el precio tan alto que conlleva sacrificar un órgano tan importante. Para algunos casos de miomas o fibromas uterinos, endometriosis y prolapsos uterinos existen otras alternativas como la miomectomía. Además, el tratamiento con fisioterapia especializada en pelviperineología da resultados muy positivos y habría que valorarlo antes de decidirse por una intervención irreversible.

Riesgos de una histerectomía

Aunque en los países occidentales la intervención para realizar esta operación suele ser muy segura, como cualquier cirugía mayor, presenta el riesgo sufrir ciertas complicaciones, tales como coágulos sanguíneos, hemorragias, infecciones, reacciones adversas a la anestesia, daños en las vías urinarias, la vejiga, el recto o a otras estructuras pélvicas adyacentes, fiebre persistente, vómitos, dolor fuerte en el abdomen, enrojecimiento, sangrados o presencia de pus o secreción con mal olor en la región donde fue realizada la cirugía.

Según investigaciones recientes, también se puede correr un mayor riesgo a largo plazo de padecer enfermedades cardíacas, cardiovasculares y determinadas afecciones metabólicas después de una histerectomía, especialmente, si se practica esta cirugía antes de los 35 años.

Consecuencias de la histerectomía

Evidentemente, ni todos los síntomas tienen porqué aparecer, ni en todos los casos. Cada uno es diferente y necesitará un tratamiento personalizado y diferente. Así pues, los síntomas de cada mujer dependerán de su edad, sus circunstancias y su condición física y psíquica.

Por otra parte, las secuelas que aparecerán dependerán de qué órganos se extirpen. Por ejemplo, los ovarios son los productores de estrógenos. Esta hormona desempeña funciones tan importantes como prevenir las cardiopatías o la osteoporosis o garantizar la lubricación y calidad de los tejidos que forman la vagina. No obstante, además de los propios de cualquier intervención quirúrgica, las consecuencias de una histerectomía son las siguientes:

Menopausia repentina

Si se extirpan los ovarios se entrará en una menopausia repentina. Si no se han extirpado los ovarios es probable que esta se adelante a una edad más temprana de lo normal.

Infertilidad

Si se ha extraído el útero la posibilidad de embarazo se anula por completo como también se elimina la menstruación.

Probabilidad de sufrir prolapso

Cuando los ligamentos del útero se cortan, se altera la posición natural de los huesos y los órganos dentro de la pelvis afectando a las caderas, la columna y toda la estructura del esqueleto. Tras una histerectomía total se produce un acortamiento de la vagina que ya no tiene donde sostenerse. A veces, con el tiempo y si no se toman las precauciones oportunas tras este tipo de intervención, es muy frecuente la aparición de un prolapso de la vagina. Es decir, la vagina tiende a salirse por la abertura vaginal.

Incontinencia urinaria y/o fecal

Al eliminarse el principal elemento de sujeción de la vagina y alterarse toda la estática pélvica se incrementa la presión sobre los músculos del suelo pélvico. Estos músculos poco a poco irán debilitándose. Si esto no se contrarresta con el tratamiento y los ejercicios adecuados, podrá desembocar en incontinencia urinaria y/o fecal.

Sequedad vaginal

Sobre todo, en los casos en los que se extirpan también los ovarios que son los productores de estrógenos. Esta hormona es la responsable de, entre otras muchas cosas, lubricar y dar consistencia a los tejidos de las paredes vaginales. Esta sequedad puede producir molestias e incluso dolor al mantener relaciones sexuales.

Estreñimiento y gases

Es uno de los efectos secundarios más comunes tras este tipo de operaciones.

Los gases y el dolor abdominal que provoca la retención de gases es otro de los efectos secundarios más frecuentes. Estos suelen aparecer a partir del segundo día tras la intervención quirúrgica.

Repercusión psicológica

Como decíamos al principio, el útero está ligado a emociones muy fuertes y arraigadas en la mujer ya que es el centro de nuestra feminidad. La interrupción irreversible de la fertilidad, la disminución de la calidad de las relaciones sexuales, la menopausia anticipada,… van unidas muchas veces a sentimientos de shock, depresión, disminución de la autoestima, ansiedad, etc.

Sexo tras una histerectomía

Aunque después de unas seis semanas de la intervención, generalmente, ya se puede comenzar a mantener relaciones sexuales, es frecuente la aparición de dolor o dispareunia. Entre otros factores, esto es debido al posible acortamiento de la vagina, dependiendo del tipo de operación de útero que se haya realizado, la retracción de la cicatriz o la falta de lubricación y sequedad vaginal por la disminución o pérdida de estrógenos.

Tras la histerectomía, muchas mujeres reportan una pérdida significativa de las sensaciones placenteras en la vagina y una disminución de la fuerza de las contracciones vaginales durante el orgasmo.

Esto también sucede muy frecuentemente tras sufrir una episiotomía durante el parto y en ambos casos se puede mejorar considerablemente con un entrenamiento y tratamiento adecuado del suelo pélvico guiado por un Fisioterapia especializado en suelo pélvico.

Por otra parte, las contracciones uterinas que suceden al orgasmo desaparecen puesto que el útero ya no existe.

Ahora ya sabes qué es la histerectomía y las posibilidades de optar por otras alternativas para poder recuperar una vida placentera. ¡No te rindas y busca ayuda profesional! Y es que como aseguran desde la HERS Foundation, los órganos genitales femeninos cumplen una función irreemplazable a lo largo de toda la vida. Nunca hay una etapa o una edad en la vida de una mujer en la que su útero y sus ovarios ya no sean esenciales para su salud y bienestar.

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Escrito por: María En Suelo Firme

Como tantas otras mujeres actuales, madre y trabajadora, que tras sufrir un primer parto en el año 2001 muy traumático y un segundo con prácticamente la misma violencia obstétrica que el primero, decide poner todos los medios a su alcance para superar sus secuelas físicas y psíquicas. Sorprendida por el tabú social y la gran cantidad de falsos mitos que existen en torno al suelo pélvico y sus disfunciones, descubrí la reeducación abdominopélvica, algo que en España por aquel entonces no se ofrecía en la sanidad pública y sobre lo que ni siquiera se informaba, pero que estaba totalmente normalizado y subvencionado en otros países del entorno europeo. Tras recuperarme y comprobar el desamparo en el que se encuentran otras muchas mujeres en mi misma situación, decidí fundar En Suelo Firme junto a Laura Rojas para romper tabúes y facilitar el acceso a información fiable sobre el suelo pélvico y soluciones para sus disfunciones.

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