Si acaban de practicarte esta intervención quirúrgica debes saber que muchos de los efectos inmediatos se pueden superar mediante sencillas técnicas y ejercicios de fisioterapia que aceleran la recuperación. Pero también debes conocer y prever, después de una histerectomía, las consecuencias a largo plazo físicas y psíquicas que caben esperar para afrontarlas mejor.

Es muy importante que aclares con tu ginecólogo las dudas que te puedan surgir. Qué órganos se van a extirpar y por qué, qué tipo de intervención quirúrgica será (laparoscópica, abdominal o vaginal), si vas a necesitar terapia hormonal sustitutiva (THS), cuáles son los efectos secundarios de una histerectomía, qué riesgos implica la intervención y qué alternativas a la cirugía existen para tratar tu caso.

Si una vez estudiadas todas tus circunstancias, la opción que se decide es la práctica de una histerectomía, debes estar preparada para los siguientes síntomas, que se producen generalmente con bastante frecuencia y de manera más o menos inmediata tras esta intervención. Así pues, y sobre todo durante las seis primeras semanas, te recomendamos encarecidamente que sigas estrictamente las indicaciones de tu ginecólogo. Sobre todo, deberás respetar los plazos que tu cuerpo necesite hasta cicatrizar completamente la herida física y la psíquica.

Consecuencias de una histerectomía

No todos los síntomas tienen por qué aparecer, ni en todos los casos. Como siempre insistimos, en cada mujer son diferentes y únicos dependiendo de su edad, sus circunstancias… Además, las secuelas que aparecerán dependerán de si se extirpan o no los ovarios, que son los productores de estrógenos, unas hormonas que tienen un papel muy importante a la hora de prevenir cardiopatías o la osteoporosis y garantizar la lubricación y calidad de los tejidos que forman la vagina. En general, tras una histerectomía, las consecuencias y secuelas que se pueden presentar tras esta intervención, además de los propios de cualquier operación quirúrgica, son las siguientes:

Menopausia repentina

Si se extirpan los ovarios, se entrará en una menopausia repentina que conlleva todos sus síntomas (calor, sofocos, sequedad vaginal, etc.). Si no se han extirpado los ovarios es probable que la menopausia se adelante a una edad más temprana de lo normal.

Incontinencia urinaria y/o fecal

Al eliminar el principal elemento de sujeción de la vagina aumenta la presión sobre los músculos pélvicos que poco a poco irán debilitándose. Si no se contrarresta con el tratamiento y los ejercicios adecuados podrá desembocar en incontinencia urinaria y/o fecal.

Infertilidad

Si se ha extraído el útero la posibilidad de embarazo se anula por completo, como también se elimina la menstruación. El útero es el lugar donde se aloja el embrión una vez se ha producido la fecundación del óvulo y donde se desarrolla el feto. Si no hay útero, no existe posibilidad alguna de desarrollar un embarazo, al menos no en el cuerpo de esa mujer. Si aún se conservan los ovarios sí habrá ovulación y cambios hormonales, pero sin el sangrado de la menstruación.

Prolapso de cúpula vaginal

La estática pélvica se ve alterada por la extirpación de su elemento central, el útero, que forma parte de ese centro de estabilidad del cuerpo y sostén de órganos que es la pelvis. Cuando los ligamentos del útero se cortan, se altera la posición natural de los huesos y los órganos dentro de la pelvis afectando a las caderas, la columna y toda la estructura del esqueleto. Tras una histerectomía total se produce un acortamiento de la vagina que ya no tiene donde sostenerse. En esta intervención quirúrgica es necesario cerrar la vagina en su extremo superior y sostenerla de alguno de los ligamentos que han sido cortados.

Fatiga y pérdida de fuerza

Este es uno de los efectos secundarios de la histerectomía que con mayor frecuencia reportan las mujeres y, a veces, va de la mano de una deficiencia de los niveles de hierro en sangre. Si observas que, pasadas algunas semanas tras la operación, te fatigas anormalmente tras realizar un mínimo esfuerzo, deberías comentarlo con tu médico para que valore la realización de un análisis de sangre y compruebe si es necesaria una suplementación.

Para superar los síntomas de fatiga y falta de fuerza permanece tumbada, mejor que sentada, todo el tiempo que necesites. Siéntate en lugar de estar de pie, siempre que tengas la oportunidad. Vuelve a la rutina gradualmente, sin exigirte demasiado y tomándote todos los descansos que sean necesarios. Lleva una dieta lo más equilibrada posible. Comienza a andar unos pocos minutos cada día y ve aumentando gradualmente la duración y velocidad del paseo, unos cinco minutos a la semana. En tus paseos diarios lleva una faja abdominal o una braga que proporcione suficiente soporte al abdomen, y no te exijas demasiado, respeta el ritmo que te imponga tu cuerpo.

Dolor de espalda

Una de las consecuencias de la extirpación del útero puede ser el dolor de espalda, más si la intervención fue abdominal, ya que suele provocar más dolor que la vaginal en el postoperatorio. Deberás aprender a no usar los abdominales para levantarte o salir de la cama y, en su lugar, usar los brazos y los glúteos para lograr incorporarte.

La posición durante la intervención y la estancia prolongada en cama también pueden provocar dolor de espalda, que deberás intentar evitar cambiando de postura. Y, cuando te resulte posible, moviéndote fuera de la cama y usando un buen cojín que asegure una postura confortable y apropiada para la espalda. Podrás usarlo en algunas ocasiones bajo las rodillas para elevar las piernas y reducir la presión en la espalda, ponerlo entre las rodillas cuando estés tumbada de lado y colocarlo tras la espalda cuando estés sentada.

Problemas de circulación

Tras una histerectomía la circulación sanguínea en las piernas se ve reducida, lo que puede incrementar el riesgo de trombosis venosa, como en los casos de síndrome de la clase turista. Los ejercicios que eliminan este riesgo son los mismos que recomiendan hacer en los aviones para evitar ese síndrome, es decir, no cruzar las piernas, hacer círculos con los pies, sin mover las piernas mover las puntas de los pies hacia atrás y hacia delante un mínimo de diez veces cada hora.

Dificultad al respirar

Otra de las consecuencias a largo plazo de la histerectomía puede ser la dificultad para respirar. Debido a los efectos de la anestesia, te puede resultar difícil llenar o vaciar completamente los pulmones. Para reducir estos síntomas y sentir un alivio mayor, se pueden practicar desde el primer momento respiraciones diafragmáticas muy lentas y cada vez más profundas, que podrás intensificar en duración e intensidad conforme te vayas recuperando.

Estreñimiento

Es importante prestar especial atención a la dieta que llevamos tras la intervención para asegurar unos niveles saludables de hierro, muy necesario en estos momentos, y para conseguir una consistencia blanda de las heces. Se puede conseguir asegurándonos de comer diariamente alimentos no procesados y ricos en fibra, como frutas, verduras, cereales y arroz integrales, hidratarnos adecuadamente bebiendo una cantidad suficiente de líquidos y agua, bebiendo infusiones calientes en ayunas, moviéndonos regularmente para asegurar el libre movimiento de los intestinos, tomándonos el tiempo necesario para ir al baño y no retrasando el momento de defecar.

Al mismo tiempo, es conveniente adoptar la postura apropiada al sentarnos en el baño para facilitar así la salida de las heces sin forzar y nunca apretar. La postura que debemos adoptar en el baño es una flexión de cadera mayor a 90º, elongando la columna e inclinando el tronco hacia delante, relajar el esfínter anal y permitir la salida de aire por la boca en el momento en que empujamos las heces.

Ese empuje no debe ser forzado en ningún momento y siempre con la glotis abierta, permitiendo que el aire salga por la boca. Para ello sólo tienes que hablar, cantar o soplar por una pajita, sujetar la vagina en ese momento o cuando tengas ganas de toser con una pequeña toalla o simplemente con papel higiénico te puede aportar más seguridad.

Sequedad en la vulva y la vagina

En el corto plazo, cuando se han extraído los ovarios, los principales productores de estrógenos, es normal la aparición de sequedad y molestias tanto en la vulva como en la vagina. La ausencia de estas hormonas provoca una deficiencia en la lubricación y en la calidad de los tejidos de la vagina. En este caso, es conveniente consultar con el ginecólogo si es aconsejable el uso de lubricantes o si existen riesgos para el uso de una terapia hormonal sustitutiva (THS) que reduzca estos síntomas.

Recuperación de la histerectomía

La principal complicación de una recuperación de la histerectomía total es que, en ocasiones, con el tiempo, estas suturas se debilitan produciendo un prolapso, es decir, la vagina tiende a salirse por la abertura vaginal. No obstante, desde En Suelo Firme podemos proporcionarte nuestro Método AbP para el suelo pélvico para fortalecer la musculatura y mejorar tu bienestar.

Barriga hinchada después de la histerectomía

La barriga hinchada después de una histerectomía suele darse cuando la operación ha sido en la propia zona abdominal y tiende a aparecer un par de días después de la intervención. Para aliviarlos y evitarlos es necesario moverse y cambiar de posición regularmente, usar paños calientes sobre el abdomen, evitando la zona de la herida, beber infusiones calientes como el poleo, el té de menta o añadir especias como los cominos y reducir la ingesta de alimentos que provocan gases en el intestino, como algunas verduras y legumbres. No obstante, esa inflamación suele mejorar en torno a los 45-60 días, aunque como es obvio, dependerá de cada caso.

Consecuencias psicológicas de la histerectomía

El útero está ligado a emociones muy fuertes y arraigadas en la mujer. Es el centro de nuestra feminidad. Y la histerectomía provoca muchos cambios en el cuerpo de la mujer. El impacto psicológico de esta intervención va a depender de las circunstancias anteriores de la mujer, del conocimiento que ésta tenía de las consecuencias de la intervención, de si estaba en edad fértil o ya en la menopausia… La interrupción irreversible de la fertilidad, la disminución de la calidad de las relaciones sexuales, la menopausia anticipada… pueden generar sentimientos de shock, depresión, disminución de la autoestima y/o ansiedad.

Pero, probablemente, los efectos secundarios de la histerectomía no afectarán de la misma manera a una mujer joven que quisiera tener hijos, que a una mujer que ya no quiere más hijos y que sufría hemorragias y dolores intensos. Si tras esta intervención, el impacto psicológico ha sido grande, debes saber que en muchos centros realizan un abordaje multidisciplinar de las disfunciones sexuales y del suelo pélvico.

Cuidados después de una histerectomía

En general, durante las seis primeras semanas, las principales recomendaciones tras una histerectomía son tumbarse todo el tiempo que sea necesario, sentarse, para reducir así la presión ejercida sobre la herida, dormir siempre que lo necesites, evitar largos periodos en los que permanezcas en la misma posición, procurar empezar a andar unos cinco minutos al día la primera semana, evitar levantar peso, las caminatas largas y los abdominales, así como ponerse tampones y otros dispositivos vaginales, no bañarse ni en piscina ni en el mar ni en bañera, evitar conducir el primer mes y practicar diariamente respiraciones diafragmáticas lentas y cada vez más profundas.

Así pues, para recuperarse de una histerectomía de manera óptima deberás respetar los tiempos que tu cuerpo necesite para cicatrizar y comenzar poco a poco a ejercitar tu suelo pélvico, parar inmediatamente si sientes dolor, a partir de la semana quinta o incluso sexta, escuchar a tu cuerpo, respetar sus tiempos y adaptar tu progresión a la mejoría que vayas experimentando poco a poco, y consultar con tu médico ginecólogo ante cualquier duda, dolor o síntoma anormal, como fiebre, sangrado abundante o flujo con mal olor.

6 meses después de una histerectomía

Histerectomía y relaciones sexuales

Es muy importante no mantener relaciones sexuales hasta después del chequeo imprescindible después de la cirugía. Es necesario haber sanado para poder reanudar la actividad sexual normal, lo cual, suele tardar de 6 a 12 semanas. Aunque después de unas seis-doce semanas de la intervención ya se puede comenzar a mantener relaciones sexuales, es muy frecuente la aparición de dolor o dispareunia, es decir, molestias durante el sexo.

Ello es debido, entre otros factores, al posible acortamiento de la vagina dependiendo del tipo de histerectomía que se haya realizado, la posible retracción de la cicatriz o la falta de lubricación por la disminución o pérdida de estrógenos. Por otra parte, es frecuente una disminución significativa e incluso pérdida casi total de las sensaciones placenteras en la vagina y una disminución de la fuerza de las contracciones vaginales durante el orgasmo.

Tras la histerectomía, ¿cuándo se puede hacer ejercicio?

Uno de los mayores riesgos que sufre una mujer tras una intervención de histerectomía es la elevada posibilidad de sufrir uno o más prolapsos. Todos los consejos para las mujeres a las que se les ha diagnosticado son también aplicables a aquellas mujeres que han pasado por esta cirugía. Nuestra mejor recomendación, siempre y en todos los casos, es acudir a un profesional sanitario especializado en suelo pélvico para que te ayude en la recuperación y te recomiende los mejores ejercicios para tu caso concreto.

Revisiones ginecológicas periódicas

Si el útero se ha extirpado por completo, las citologías no tienen mucho sentido. Pero si la histerectomía ha sido parcial y se conserva el cuello del útero, las citologías y revisiones periódicas son necesarias para prevenir o detectar a tiempo el cáncer de cérvix. En cualquier caso, las revisiones ginecológicas son siempre necesarias pues también se puede prevenir y tratar cualquier problema relacionado con las mamas, la vagina, los genitales externos…

Si tras someterte a una histerectomía, las consecuencias a largo plazo de esta intervención te preocupan, no dudes en ponerte en contacto con nosotras, y te ayudaremos en todo lo que esté en nuestra mano para intentar mitigar los efectos de esta cirugía.

¡Comparte!

Escrito por: María En Suelo Firme

Como tantas otras mujeres actuales, madre y trabajadora, que tras sufrir un primer parto en el año 2001 muy traumático y un segundo con prácticamente la misma violencia obstétrica que el primero, decide poner todos los medios a su alcance para superar sus secuelas físicas y psíquicas. Sorprendida por el tabú social y la gran cantidad de falsos mitos que existen en torno al suelo pélvico y sus disfunciones, descubrí la reeducación abdominopélvica, algo que en España por aquel entonces no se ofrecía en la sanidad pública y sobre lo que ni siquiera se informaba, pero que estaba totalmente normalizado y subvencionado en otros países del entorno europeo. Tras recuperarme y comprobar el desamparo en el que se encuentran otras muchas mujeres en mi misma situación, decidí fundar En Suelo Firme junto a Laura Rojas para romper tabúes y facilitar el acceso a información fiable sobre el suelo pélvico y soluciones para sus disfunciones.

Deja un comentario

PROTECCIÓN DE DATOS: De conformidad con las normativas de protección de datos, le facilitamos la siguiente información del tratamiento: (+)

  • Responsable: Klunz Marketing y Comercio Electrónico SL.
  • Fines del tratamiento: Gestión de suscripciones al blog y moderación de comentarios.
  • Derechos que le asisten: Acceso, rectificación, portabilidad, supresión, limitación y oposición. Más información del tratamiento en la Política de Privacidad.

Los comentarios y el nombre que escribas se publicarán y se verán públicamente. Si prefieres que tu nombre no se vea públicamente, no escribas tus apellidos, pon un seudónimo o escribe simplemente "Anónimo".